La crisis se queda en casa

El Real Madrid ha salido muy tocado de la dolorosa derrota ante el Barça. Ahora los blancos buscan reaccionar rápido, ganar y recuperar la confianza. Y todo esto será en el Santiago Bernabéu, que alberga ahora los tres próximos partidos de los blancos en solo siete días. El próximo jueves llega el Celta para jugar la Copa del Rey, el domingo visita el estadio Las Palmas para el partido de Liga y el próximo miércoles lo hace el Salzburgo en Champions, donde los blancos tampoco se pueden permitir un tropiezo, aunque ya parecen abocados a jugar la ronda previa puesto que colarse entre los ocho primeros de la liguilla se antoja muy complicado.

Vinicius para la Copa

Para buena parte de sus jugadores la Copa servirá para tomarse un respiro, aunque esto no afecte a todos los intocables de Ancelotti. Es el caso de Vinicius, que puede ser titular ante el Celta dado que no podrá jugar por sanción los dos próximos partidos de Liga. El entrenador se va a ver obligado a hacer rotaciones ante la locura del calendario con estos tres duelos cada tres días. Por un lado, el once de Carlo ante el Barça hizo aguas, pero además hay que dar descanso a muchos de los habituales pensando en lo que viene después. Luka Modric, que tampoco podrá jugar el próximo encuentro de Liga por sanción, podría volver por tanto al once contra el club vigués este jueves.

Al Madrid le espera un calendario frenético más allá de estas tres finales en casa. Lo normal es que tenga dos partidos más de Champions para intentar meterse en octavos, comienza su andadura en la Copa, ya ha disputado la Intercontinental y otros dos títulos más, la Supercopa de Europa y de España, y le queda también además de Liga y Champions el nuevo Mundial de clubes a final de temporada en Estados Unidos.

El Bernabéu, un arma de doble filo

El hecho de jugarse tres finales ahora inmerso el equipo en las dudas que ha dejado la derrota ante el Barça es un arma de doble filo. El Bernabéu puede llevar en volandas al equipo, pero también es un estadio que puede transmitir una presión enorme si las cosas no van bien. El Celta vendrá al Bernabéu con ganas de hurgar en la herida, pero los blancos son claros favoritos.