- Resumen y clasificación Así te contamos la etapa
En Tirana, donde las avenidas parecen hechas a medida para el rugido de los motores o de las bicicletas, el Giro de Italia vivió una jornada de precisión milimétrica y pulsaciones al límite. La capital albanesa, que sigue impregnada de la memoria comunista en sus edificios de hormigón, se vistió de gala para acoger una contrarreloj que agitó los cimientos de la clasificación general. El jefe Primoz Roglic ya está aquí. Ataviado de rosa.
Una etapa corta, apenas 13,7 kilómetros, pero cargada de simbolismo. Ahí, donde se mide la fuerza bruta disfrazada de elegancia aerodinámica, Joshua Tarling, que sostuvo 530 vatios de promedio llegando a picos de 620, se llevó una crono que deja las primeras conclusiones.
El joven británico, con el cuerpo de un pistard y el temple de un veterano, voló entre las sombras y los gritos de una ciudad poco habituada al ciclismo, pero rendida ante el espectáculo. Paró el crono en 16'07'', una marca inapelable. Ni Jay Vine, ni Mathias Vacek —ambos brillantes— pudieron acercarse a su órbita. Tarling, con solo 21 años, ya sabe lo que es ganar en la carrera más bella del mundo. El futuro ya es presente.
Pero si Tarling se llevó la etapa, Primoz Roglic fue quien dio el verdadero golpe de autoridad. Sin fanfarria ni aspavientos, el esloveno se deslizó por el recorrido como quien cumple una promesa. No ganó, pero su rendimiento fue el de quien quiere sentarse en el trono de Roma. Arrriba en la etapa, por delante de todos sus rivales directos, envió un mensaje claro: está aquí para ganar. Le metió 16’’ a Ayuso.
Mirando al futuro
El español, por su parte, cumplió. Sobre todo el día después de una caída. Sin estridencias, con solidez. A 17 segundos de Tarling, el de Jávea demostró que el golpe del primer día ya es pasado. Lo importante está por llegar, y él lo sabe. Queda mucho Giro, aunque Primoz haya pegado un puñetazo sobre la mesa. También Bernal firmó una crono aceptable, sin brillar, pero sin hundirse. Pedersen, ganador el viernes, fue quien más metió en más apuros a Roglic, que saldrá de Albania reforzadísimo.
Tirana ofreció rectas largas, curvas anchas y pocas trampas, pero lo que realmente reveló fue el carácter de los aspirantes. Algunos, como Tarling, reclaman protagonismo desde la juventud. Otros, como Roglic, que cazó la 'maglia', se imponen desde el oficio. Y entre ambos, el Giro va desvelando sus primeras pistas. Esto no ha hecho más que empezar pero Roglic ya ha demostrado quién es el rey.
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