Rafa Nadal vivirá este Roland Garros desde la grada, lejos de la arcilla y con la tranquilidad que ofrece ser el rey absoluto de la tierra parisina. El extenista español, en una entrevista con L' Equipe, a pocos días del comienzo del torneo, hace un repaso a su carrera, sus problemas con las lesiones o la situación actual del tenis.
Las ganas de volver a jugar
"No echo de menos jugar al tenis porque creo que terminé mi carrera sabiendo que ya no me quedaba mucho por hacer. Mi cuerpo alcanzó un punto en el que no podía dar más. En los cuarenta días posteriores a mi retirada, me habría gustado seguir jugando, porque aún me sentía capaz en lo que respecta al juego. Pero mi pie estaba muy mal. Apenas podía caminar. Tuve que tener mucho cuidado y hoy en día, en general, tengo pocos dolores".
Nueva etapa en su vida
"Cuando me operaron de la cadera y me dijeron que mi cuerpo podía volver a funcionar bien, tenía que aprovechar esa oportunidad, porque me encantaba lo que hacía y no sentía que hubiera perdido mi nivel. Así que sabía que tomaría la decisión de retirarme con la total convicción de haber hecho todo lo posible por continuar. Hoy en día estoy en paz, tranquilo con eso. He vivido bien estos últimos meses. Tenía la intuición de que no sería una situación muy difícil para mí, porque tengo muchas cosas, muchos proyectos en mi vida que me hacen feliz. Disfruto de esta nueva etapa, estoy aprendiendo muchas otras cosas y disfruto de la familia”.
Sus problemas con las lesiones
"He tenido muy pocos años sin problemas en mi carrera. Y siempre tuve mi problema en el pie, crónico y sin solución. Siempre viví con la sensación de que, en algún momento, mi pie iba a fallar. Creo que, debido a ese pie, a todas las correcciones que tuve que hacer en la plantilla para poder seguir jugando, el cuerpo se desestabilizó al final. Desde 2005, tuve que jugar con una plantilla muy agresiva. Una plataforma que desviaba la punta del pie hacia dentro. Siete milímetros, eso es enorme. Eso me permitió seguir jugando porque desviaba mi punto de apoyo hacia dentro. Pero desestabilizó todo mi cuerpo. No tengo ninguna razón para quejarme. A pesar de todo eso, pude hacer mucho más de lo que jamás habría imaginado, incluso estando sano".
Alcaraz y su documental
"Conociendo un poco a Carlos, creo que el documental no refleja su personalidad ni la forma en que vive su carrera. No aparece como un jugador de tenis que se entrena, sino como alguien que ama la fiesta, que necesita eso, que no es muy profesional. Y eso no es verdad. Carlos es un gran profesional. Es una persona que trabaja muy duro para llevar su tenis y su físico al más alto nivel. Creo que el documental fue enfocado de manera equivocada, porque la percepción de la gente es diferente de lo que es su vida real".
El dopaje de Sinner
"Lo he dicho varias veces: estoy totalmente convencido de que Jannik jamás quiso hacer trampa ni hacer nada ilícito. Estoy seguro, pondría la mano en el fuego por ello. Para él, que creo que vivió un calvario durante un año. Y, evidentemente, para el tenis, este tipo de cosas son negativas. Después, si se empieza a dudar de todo en la vida, se puede cuestionar todo. No me gusta dar mi opinión sobre cosas que no conozco. Así que entiendo que cuando la justicia toma decisiones, es porque tiene toda la información necesaria que nosotros no tenemos. Realmente no creo que, por ser el número 1 del mundo, Jannik haya sido tratado de manera diferente
Su homenaje en Roland Garros
“Es el lugar donde he vivido más emociones. Siempre ha sido mi torneo prioritario. Los nervios que sentía antes de jugar Roland Garros cada año, no los sentí en ningún otro torneo. No me gustan mucho los homenajes. No soy una persona que necesite ese tipo de cosas. De verdad que no. No soy alguien con un gran ego. Vivo bien con un poco de anonimato, de tranquilidad. Pero entiendo este momento en Roland Garros porque es una historia que hemos vivido juntos. Evidentemente, estoy muy agradecido y feliz de vivir este momento, de poder despedirme de toda la gente que me ha apoyado, de poder darles las gracias por todo lo que me han dado a lo largo de mi carrera, especialmente en los últimos años. Me he sentido valorado y querido en París, en Francia en general, y eso es algo inolvidable
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