He finalizado el duelo por el rugby, ya no llevo más luto por él, ya no cargo con las culpas de otros, los insensibles cretinos que jugaron a los dados con nuestra dignidad únicamente por su efímero minuto de gloria y nos vendieron por 30 monedas. Por los que lanzaron un torpedo directo a los valores, nuestra línea de flotación. Ya no respondo a los que sin ver un solo partido de rugby en su vida me piden explicaciones, ya no me importan sus desdeñosas miradas, al fin y al cabo las hemos sufrido siempre. Hoy ha vuelto la orgullosa madre rugbier, la que ha escuchado toda su vida ¿Por qué los dejas jugar a rugby?
Y como madre, me veréis en la grada. El domingo se jugó la final de la Fase de Ascenso a División de Honor B femenina entre AVRFCB y CRAP Club de Rugby Atlético Portuense, una final a la que se podría haber dado la dignidad que merece pero que alguien quiso convertir en puro trámite. Ningún representante de las tres federaciones involucradas vino a ver a las chicas.
Eso sí, Portuense se tuvo que rascar el bolsillo y pegarse un costoso viaje a Barcelona porque unos días antes se había decidido no jugar en campo neutral y la fortuna favoreció a las blaugrana.
Aunque lo de fortuna es un decir ¿Era La Teixonera el mejor escenario para celebrar una final de este nivel? Sin duda no, pero en estos momentos el rugby no necesita de lamentos, necesita que sigamos confiando en él, así que nuestra poderosa maquinaria "amateur" se puso en marcha para que el rugby fluyera por sus cauces naturales, el buen ambiente, la deportividad, las incontrolables emociones de todo tipo, el tercer tiempo...
Las fotos que voluntariamente nos hizo Jaume Andreu creo que lo dicen todo...
La Fase de Ascenso que tuve la fortuna de vivir en primera persona en medio del terremoto que nos sacudía es un pequeño ejemplo de que el rugby, el de verdad, no ha muerto. Muchas gracias a todos los que lo hacéis posible, nunca dejéis de luchar por nuestro deporte
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