miércoles, 16 marzo 2011, 13:55
Un final muy "vangaalesco" 6k16l
Siente uno cierta tristeza cuando los proyectos alegres, atrevidos, ambiciosos y positivos llegan a su fin. Al Bayern de Van Gaal se le pueden reprochar varios defectos e imperfecciones: nunca fue sólido, jamás se preocupó de invertir dinero en la zona más débil de su plantilla, se ha dejado ir de forma alarmante en la Bundesliga poniendo en peligro su clasificación para la próxima Champions, se ha cargado a dos piezas claves del éxito de la pasada temporada como Van Bommel y Demichelis e incluso ha generado un clima irrespirable en las relaciones entre el cuerpo técnico y la directiva. Todo ello es verdad. También lo es que su propuesta ha sido una de las más atractivas del fútbol europeo en estos casi dos años. Se ha sabido vulnerable atrás y ha apostado por atacar, siempre atacar: si nos meten tres ya anotaremos cuatro. Ha juntado en tres cuartos de campo cantidades extraordinarias de talento -Robben, Ribéry, Müller-, configurando una línea que muchos entrenadores más pragmáticos nunca habrían consentido. Conocíamos que el proyecto tenía fecha de caducidad en verano, pero soñábamos secretamente con una gloria europea que recompensara la osadía del técnico holandés. Porque nos ha divertido mucho. Porque uno se acuerda de sus remontadas -Turín, Florencia, Manchester- y reconoce en ellas la actitud del que no se rinde, del que corre hacia el problema enfrentándose a él, sin recular, sin retirarse, sin rendirse ni escapar. Se percibió en la noche del Allianz, pues, un sabor amargo pese a la magnitud del espectáculo contemplado, pese a lo memorable de la batalla, ya un clásico contemporáneo en los libros históricos de la Champions League.