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El nivel de dificultad de Pokémon siempre ha sido objeto de debate. Desde hace años, miles de jugadores le han reaccionado, pidiéndole a Game Freak y Nintendo un mayor desafío. Quieren más mecánicas, más estrategia y una curva de dificultad más grande. Pero... ¿En realidad eran difíciles?
No, no lo eran. Pokémon nunca ha sido difícil, es que no teníamos ni idea de cómo jugar. La primera vez que nos enfrentamos a Pokémon Rojo y Pokémon Azul no sabíamos ni lo que eran las debilidades elementales.
En la mayoría de los casos, nuestra estrategia era aprender ataques con cada vez más potencia, ignorando las estadísticas de nuestro equipo y obviando cualquier tipo de estrategia que fuese más allá de pegar, pegar y seguir pegando.
No era difícil, era que no sabíamos cómo funcionaba el juego. Por ejemplo, muchos recordaréis al Miltank de Blanca, un Pokémon "increíblemente complicado" por culpa de su set: Desenrollar, Batido y Atracción.
Pero no lo era. Simple y llanamente, a muchos de nosotros ni se nos ocurrió que podíamos derrotarle usando un par de movimientos de tipo lucha. O que podíamos evitar el escalado de Desenrollar usando Rugido contra este y contra Clefairy.
Pokémon no era difícil, era que no sabíamos cómo jugar
Por supuesto, había duelos algo más complejos, pero no existía ninguna situación en la que no pudiésemos controlar al rival con algo de estrategia.
Todo sea dicho, es normal que fuese así. Cuando las primeras generaciones de Pokémon llegaron a España la mayoría de nosotros éramos poco más que unos críos.
Eso de pensar en una estrategia a largo plazo, controlar las estadísticas o diseñar un set de movimientos era algo ilógico en nuestra mente infantil.
Sí, estoy generalizando. Muchos de vosotros tal vez si le pusisteis más esfuerzo, pero la mayoría no. Por supuesto, teníamos las cosas más complicadas.
Ni había tantas guías como ahora, ni teníamos un a una 'biblioteca' tan grande como internet. Los intercambios estaban limitados, había Pokémon con una variedad nefasta (Fantasma y Psíquico eran especies en peligro, el tipo Hielo era rarísimo y el Dragón era casi una leyenda urbana)...
No obstante, esta cuestión va más allá de la dificultad, pues tiene mucho que ver con la accesibilidad. Además, debemos entender que los juegos de Pokémon no están pensados para nosotros.
Sí, los podemos disfrutar. Yo soy el primero que se los pilla todos y les dedica decenas de horas, pero entiendo que el público objetivo es otro: los niños. Y a ellos no les van a dar el Dark Souls de la estrategia. No lo disfrutarían tanto.
Algunos sí, pero la mayoría no. La razón por la que muchos nos enamoramos de Pokémon es porque nos sentimos como un niño elegido. Como un entrenador legendario capaz de enfrentarse a cualquier reto: el Team Rocket, el Alto Mando, una cueva llena de Zubat...
Y esa es otra: ¿Por qué las cuevas nos costaban tanto? Pues porque muchos ni comprábamos antídotos. Pillábamos Poké Ball a mansalva, alguna que otra poción y poco más. Y nunca huíamos, por supuesto.
Ahora, si rejugasemos cualquiera de esas cuevas (o a los juegos antiguos) nos daríamos cuenta de que no son tan complicados. ¿Un poco más? Puede ser, pues no teníamos tantas opciones, pero no lo suficiente como para que nos quejemos de que "ahora los juegos de Pokémon son demasiado fáciles".
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