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¿Qué pasaría si le pides a una IA que juegue a Pokémon? Pues un poco de todo, la verdad, y es que —desde hace años— es un experimento relativamente recurrente en la industria.
Gracias a esto se nos han quedado algunas historias muy curiosas, como la de una IA que decidió que visitar un centro Pokémon era lo peor que podía hacer en cualquiera de sus partidas.
La historia de una IA que desarrolló miedo a los centros Pokémon
En octubre de 2023, un programador llamado Peter Whidden subió un vídeo a YouTube. Explicó que había intentado que una IA con más de 50.000 horas de entrenamiento superase Pokémon Rojo, pero nunca lo consiguió.
Y si bien es cierto que las cosas han cambiado mucho desde aquel entonces, pues otros modelos de IA más actuales han logrado obtener mejores resultados, lo que nos mostró aquel día sigue siendo muy curioso.
A fin de cuentas, ¿a quién se le ocurriría que es mala idea visitar un Centro Pokémon a la hora de completar un juego de Pokémon tras más de 10.000 horas? Esto solo podría pasarle a una IA, y es por esto mismo que hoy tenemos historias tan peculiares como esta.
Tal y como explica Peter, desarrolló un sistema de recompensas por puntos para que la IA intentase superar el juego. Por ejemplo, capturar un Pokémon valía un punto, vencer en una batalla otorgaba tres puntos y superar un gimnasio le daba 5, entre otras cosas.
Por desgracia, no salió bien. Cuando la IA visitó un Centro Pokémon por primera vez, interactuó con la enferma Joy. Tal y como recogió GamesRadar, lo que ocurrió después no tiene desperdicio.
Tras hablar con ella, se acercó a la caja Pokémon en muchas de sus partidas. Al no saber qué ocurría, dejó a varios de su equipo en el PC. El problema era que, por el sistema de puntos, perdió parte de su recompensa de golpe.
Y casi como si de un trauma se tratase, desde ese momento, la IA decidió que los centros Pokémon eran un lugar maldito; pisar cualquiera de estos establecimientos era lo mismo que perder toneladas de puntos y no estaba dispuesta a hacerlo.
Por su algoritmo, la IA determinó que visitar un centro Pokémon era una idea terrible y nunca pensó en, simplemente, entrar, curar a sus Pokémon e irse, o cambiar de equipo. Eso no entraba en su lógica.
Whiden tuvo que realizar muchísimos ajustes para intentar solventar este problema. Lo consiguió, pero le costó muchas horas e intentos. Así pues, en cierto modo por accidente, la IA desarrolló un miedo casi aberracional por los centros Pokémon y la enfermera Joy.
Bromas aparte, no deja de resultar curioso como una IA es capaz de llegar a conclusiones tan locas a imprecisas como "visitar un centro Pokémon" es malo y, a cambio, realizar operaciones extremadamente complejas para cualquier jugador normal.
La IA no consigue lo básico, pero cumple con imposibles
Y esto es lo que pasó. Whiden se dio cuenta de que la IA había creado una ruta muy concreta desde Pueblo Paleta hasta su primer encuentro con un Pokémon salvaje.
Realizando una serie de movimientos, había encontrado algo así como un algoritmo para asegurarse de que este primer encuentro se saldase con la captura del Pokémon salvaje con una sola Poké Ball.
No fallaba nunca. En otras palabras, localizó algo así como un glitch para asegurarse de que su primera captura no fallase nunca, obteniendo así un punto de manera muy eficiente sin gastar más recursos de los necesarios.
Lo de que esto acabó provocando que se dedicase a comprar Magikarp de manera compulsiva para ganar puntos sin parar ya es otro tema, pero de esto os hablaré en otra ocasión.
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