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Este martes, en Riad, está teniendo lugar uno de los encuentros más relevantes para el desenlace de la guerra de Ucrania. El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, y el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se reúnen en el Palacio de Conferencias de Diriya, en la capital de Arabia Saudí. El objetivo es allanar el camino para una cumbre al más alto nivel entre los presidentes Donald Trump y Vladímir Putin.
Rusia llega al encuentro con las expectativas de mantener un "diálogo positivo", según ha informado el director del Fondo de Inversiones Directas, Kiril Dmitriev, también miembro de la comisión negociadora en Riad. Dmitriev ha insistido en la relevancia del mercado ruso para los inversores y ha comentado que es "extremadamente importante" solucionar "los problemas" que ha ocasionado el conflicto bélico.
Ucrania y el resto de Europa, grandes ausentes
La cumbre de Riad se perfila como clave para el futuro de la guerra en Ucrania. Pese a todo, este nuevo capítulo no deja satisfechos a todos. Ucrania, de hecho, no ha sido invitada a la reunión ni tampoco fue informada de que esta se iba a realizar, algo que ha molestado a su presidente, Volodímir Zelenski. "Cualquier negociación sobre Ucrania sin Ucrania no tendrá ningún resultado", ha explicado el dirigente.
Marco Rubio, pese a todo, ya avanzó el pasado domingo que el camino hacia la paz es largo. "Cuando empiecen las verdaderas negociaciones, Ucrania debería estar implicada", reflexionó. Por su parte, el resto de dirigentes europeos también observan con recelo los pasos de Donald Trump en lo que respecta a la guerra de Ucrania. El lunes hubo cumbre en París de los líderes europeos para determinar su postura y analizar el plan de Trump.
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