Son como dos gotas de agua y, de primeras, cuesta distinguirlas. "Luana es la del lunar en la frente. Acuérdate: Luana, lunar", dice como consejo Suvi Mikkonen y como regla mnemotécnica para distinguir a las gemelas Marton. Reconoce que tanto a ella, presidenta del Hankuk, olímpica por Finlandia en los Juegos de Londres y Río y coach de ambas, como a su marido Jesús Ramal, entrenador principal en el club de taekwondo de San Sebastián de los Reyes, al principio también les costaba. En competición el casco tapa el lunar, pero ahí es más fácil porque una es diestra (Viviana) y la otra, zurda (Luana).
Nacieron hace18 años en Tenerife pero compiten por Hungría porque sus padres son húngaros y la Federación magiar siempre les ha dado facilidades. Pese a su juventud, llevan años pisando fuerte en el tatami internacional. Inquietas por naturaleza, antes del taekwondo habían probado natación, fútbol, hípica, gimnasia rítmica y atletismo. Con siete años descubrieron el arte marcial de origen coreano. "Recuerdo que mi madre dijo que era el que más nos cansaba y así ya no molestábamos", cuenta entre risas Luana. El flechazo definitivo surgió gracias a Jesús y Suvi durante una concentración en la isla. Abrieron un entrenamiento a la gente de allí.
"Eran iguales, dos terremotos. Nos llamaron la atención porque entrenaban muy bien y les gustaba mucho. Cuando terminó el entrenamiento sus padres nos dijeron que les había encantado y que sus hijas tenían que venir a entrenar con nosotros a Madrid", cuenta Mikkonen.
Desde muy pequeñitas se las veía con esa mirada de que iban a hacer algo grande
"Tenían algo especial, sobre todo en la manera de entender el taekwondo, de ir para adelante y en su concentración. Eran muy pequeñitas, casi ni me llegaban a la cintura, pero se las veía con esa mirada de que iban a hacer algo grande", añade Ramal.
Se mudó toda la familia persiguiendo el sueño olímpico
A los dos o tres años de aquel primer encuentro recibieron la llamada de su padre. La familia estaba lista para mudarse a Madrid. "A los 12 años nos vinimos para lograr nuestros sueños olímpicos", confiesa Viviana, vigente campeona de Europa sub21 y que desde 2018 ha logrado 48 medallas en 56 torneos o, lo que es lo mismo, 166 combates con un 89% de victorias.
Hasta que no esté en París no me lo creeré, el objetivo es el oro olímpico
Su sueño está a punto de hacerse realidad. En el Preolímpico de Bulgaria consiguió la clasificación para los Juegos de París en -62kg. "Hasta que no esté allí no me lo creeré. El objetivo es el oro. Daremos nuestro 100%. Si hacemos lo que sabemos hay muchas posibilidades de que salgan bien las cosas", asegura Vivi, que en el tatami es pura potencia mientras que su gemela es más creativa. Lua, que irá a París como sparring de su hermana, se proclamó campeona del mundo en -57 kg el año pasado con sólo 17 años. Desde 2018 acumula 56 medallas en 70 campeonatos. Ha disputado 215 combates con un 90% de victorias.
Pueden llegar hasta donde se propongan, van a romper muchos récords
"En ningún momento pensé que podía ganar el oro mundial. Tardé dos meses en creérmelo", confiesa. Aquel día, poco después de recibir la medalla tuvo que ir a pasar el control antidopaje y se la dejó a su hermana. "La gente venía a hacerse fotos conmigo y a darme las enhorabuena pensando que era Lua. Y me las hice", cuenta Vivi riendo. "Es como las influencers, si estoy cansada ella me hace el trabajo", añade también entre risas Luana. No es la primera vez que las confunden, les ha pasado más de una vez en los registros de los campeonatos. Por cierto, ni cuando eran pequeñas y competían en el mismo peso han querido enfrentarse entre ellas. "Nunca nos ha gustado competir una contra la otra, nos gusta ayudarnos", dicen.
Un gran futuro
La plata olímpica de Adriana Cerezo, su compañera desde hace años de entrenamiento en el Hankuk, en Tokio 2020 reconocen que "fue una gran motivación, nos abrió las puertas para creer que se puede conseguir". "Para mí, han pasado de ser personas que iraban a personas a las que irar. Son una inspiración y motivación. Lua ha conseguido ser campeona mundial y yo aún no", dice Cerezo. "Son especiales".
Para mí, han pasado de ser personas que iraban a personas a las que irar
Muy lejos quedan ya los inicios de las gemelas en el Hankuk cuando las llamaban "las soviéticas" porque eran como robots: les decían lo que tenían que hacer y ellas lo ejecutaban. Después pasaron a ser las 'Hummer' por su potencia y ahora las conocen como las 'Golden twins', las gemelas de oro. "Pueden llegar hasta donde se propongan. Yo creo que van a romper muchos récords", augura Mikkonen.
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