En 'Batalla de restaurantes' se vive una competición entre varios establecimientos para definir cuál es el ganador de una ciudad determinada y, por tanto, proclamarse como mejor restaurante del lugar, o por lo menos respecto a sus competidores en el programa. Alberto Chicote se ha pasado en la última entrega por la capital de La Rioja, Logroño, para ver cuál de los participantes ofrecía un mejor producto, servicio, y sobre todo, las mejores patatas a la riojana.
En la última emisión del espacio de La Sexta, los restaurantes que pugnaron por ganar la batalla y los 10.000 euros que ello implica fueron: Ebisu, Atiborre, La despensa del marqués y Restaurante Txebiko.
Tras realizar las comidas en cada uno de los establecimientos, llegó el momento de dar la nota final a cada uno de los restaurantes, y fue en el que se vivió una discusiónmuytensa entre dos cocineras.Mariana Botez, del Ebisu Tradicional, estaba recibiendo las notas, especialmente bajas, de sus compañeros respecto a su atención. En los criterios de votación, hubo dos secciones donde se conformó la discordia. La comida, suspendida por dos contrincantes con un 2, y el servicio.
“Me sorprende que se meta con el aspecto físico en el siglo XXI”
Respecto a la comida, Carmen Cuesta, de Atiborre, y Roberto Cuadrado, de La despensa del Marqués, coincidían en que “la merluza sabía a amoniaco”, recomendando a Mariana cambiar de proveedor, algo que se tomó como “una ofensa personal” y afirmando que “eso no se lo puedes decir a nadie ni en público ni de ninguna forma”.
Pero el tema más escabroso fue el del servicio. En este ámbito, los cocineros explicaron el motivo de sus valoraciones negativas, saliendo Carmen Cuesta a la ofensiva: “Si priorizas ser coqueta frente a unas normas de sanidad, hay un problema”, afirmó la cocinera de Atiborre al ver las uñas largas de su compañera de Ebisu.
“No significa que por ser cocinera tengas que llevar un saco de basura en la cabeza”, respondió a la defensiva Mariana, sin entender el suspenso recibido por ello, a lo que Carmen sentenció afirmando que “no puedes llevar pendientes, ni uñas largas ni menos esmaltadas, es una norma sanitaria, si voy a tu restaurante y te veo así, me levanto y me voy”.
Tras escuchar esto, Mariana habló claro sobre su pensamiento acerca de su rival: “Me sorprende que se meta con el aspecto físico en una cocina en el siglo XXI”.
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