Frazer Chamberlain es un judoka británico de 33 años que compite en la categoría de -90kg. El deportista ha ganado varias medallas en competiciones europeas y continentales y se ha convertido en uno de los estandartes del judo en el Reino Unido. No obstante, en las últimas semanas ha sido noticia por una denuncia que le interpuso su expareja Katie Snow, con la que estuvo saliendo durante dos años.
Esta le acusaba de intentar controlar y dirigir su vida. Asimismo, el judoka, supuestamente, también le dictaba con quien hablar y con quien no, o que ropa llevar, quedando prohibidas las faldas y los vestidos. Todas estas cuestiones han salido a la luz en el juicio, donde los jurados han podido escuchar como Chamberlein cogía todos los días el teléfono móvil a Katie para revisar sus mensajes y saber con quién hablaba.
Asimismo, ella estaba amenazada en caso de que quisiese escapar. El Tribunal de la Corona de Reading escuchó a Chamberlain decirle que si ella se iba o la engañaba, él "la enterraría, enterraría a sus hijos y apuñalaría a su madre".
Las declaraciones del fiscal
El deportista también colocó cámaras en la vivienda para ver qué hombres iban a casa. "Instaló una cámara en la puerta de la dirección que compartían. Fue a través de su cuenta y pudo monitorearla. Ella regularmente descubría, después de dejar la dirección, que recibiría una consulta suya por teléfono. Este seguimiento a través de una cámara fue más allá. También consiguió dos dispositivos Alexa que podían monitorear lo que se decía en un lugar y tenían cámaras adjuntas” ha desvelado el fiscal, John Carmichael.
Pero el maltrato no se resumía en amenazas y control. Muchas veces el atleta le puso la mano encima y le ahogaba hasta que no pudiese respirar. "Él decía que todo era una broma y que no lo estaba haciendo en serio", ha añadido el fiscal.
Según cuenta y asegura el tribunal, cuando ambos se separaron, Chamberlain siguió acosando a su expareja. El judoka, por su parte, ha negado todos los cargos, tanto el de comportamiento controlador y coercitivo en una relación íntima como el de acoso. El juicio continúa y todavía no hay un veredicto final.