La tarde del sábado se tornó trágica en el norte de Tenerife tras la muerte de un hombre de 57 años que sufrió un accidente mientras practicaba parapente en la zona de las piscinas naturales de Puerto de la Cruz, en las inmediaciones del charco de La Laja de la Sal. El suceso, ocurrido a las 15:28 horas, movilizó a numerosos efectivos de emergencia, aunque nada se pudo hacer por salvarle la vida.
La voz de alarma la dio un socorrista que trabajaba en las cercanas instalaciones de El Lago Martiánez, al presenciar cómo el parapentista se precipitaba al mar en un área rocosa y de difícil , próxima a un espacio costero abandonado desde hace más de 15 años. El Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (CECOES) del Gobierno de Canarias activó de inmediato los recursos necesarios para la operación de rescate.
Agentes de la Policía Local fueron los primeros en llegar al lugar del accidente, seguidos por efectivos del Consorcio de Bomberos de Tenerife, que iniciaron las maniobras de reanimación. Poco después, un helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) logró rescatar al hombre y trasladarlo hasta la explanada del muelle de Puerto de la Cruz, donde el personal sanitario del Servicio de Urgencias Canario (SUC) continuó con técnicas de reanimación cardiopulmonar avanzadas. Pese a todos los esfuerzos, el hombre fue declarado fallecido en el lugar.
Salvamento Marítimo también participó en el operativo, movilizando una moto de agua para tratar de recuperar el parapente, cuya vela acabó a la deriva empujada por las corrientes marinas.
La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación para esclarecer las causas exactas del accidente. El cuerpo fue custodiado hasta la llegada del forense y su posterior traslado al Instituto de Medicina Legal para la autopsia correspondiente.
La tragedia ha causado una gran conmoción tanto entre los residentes como entre los numerosos turistas que frecuentan esta zona del litoral tinerfeño. Puerto de la Cruz es uno de los enclaves más populares para la práctica del parapente en la isla, actividad que ha ganado adeptos en los últimos años por las excelentes condiciones de vuelo y el atractivo paisajístico. Sin embargo, no está exenta de riesgos.
Este no es el primer accidente mortal vinculado al parapente en Tenerife en lo que va de año. En enero, un parapentista perdió la vida en la playa de Benijo (La Orotava). En marzo, otros dos resultaron heridos en un siniestro en el barranco de La Vera, en Las Cañadas del Teide, y el pasado 4 de mayo otro hombre sufrió lesiones moderadas tras caer a un barranco en Adeje.
Aunque las empresas que ofertan vuelos en parapente —incluso para principiantes— insisten en los estándares de seguridad, este tipo de sucesos vuelven a recordar la necesidad de extremar las precauciones en deportes de riesgo.
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