- Carrera larga Jorge Martín se venga arrasando y a Marc Márquez se le quema la moto
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Toda rosa, por muy bonita que sea, tiene espinas. Por eso agarrarlas puede ser doloroso. Es la metáfora de este Mundial de MotoGP: lograr el título será algo precioso para el que lo consiga, pero hasta amarrarlo hay que superar un calvario. Eso le está pasando a Jorge Martín, que se cae y se levanta varias veces en cada gran premio. Como igualmente le sucede a su rival, Pecco Bagnaia. Pasan de lo más feo, las caídas, a lo más hermoso, lo más alto del podio, sin solución de continuidad.
Indonesia ha sido otro carrusel de emociones. Si tras el Sprint, el madrileño estaba casi al borde del llanto; después de la carrera larga, todo eran sonrisas, pero no sólo de alegría, también de alivio.
El del Prima Pramac tenía una espada de Damocles, una incertidumbre, rondándole toda la prueba. En realidad era su mayor amenaza, porque nadie podía replicar su ritmo y su gran salida le colocó al mando y con todo en sus manos. Quedaba por dejar atrás las sombras anteriores: una, la de la caída en 2023, en la carrera dominical, a falta de 13 vueltas, cuando lideraba por más de tres segundos. Eso fue en la curva 11 y Jorge itió que le volvieron esos recuerdos cuando vio que se acercaba el momento. El otro, fue una constante: la curva 16, donde se accidentó en el Sprint, también cuando iba primero.
Por eso fue con un tiento especial en esa zona. itió que el error fue suyo el sábado, por ir más fuerte de la cuenta. "Al final, he tenido un fantasma en la vuelta 13 y 27 fantasmas en la curva 16. Cada vez que pasaba por ahí, intentaba pasar muy lento, tranquilo", confesaba.
De ahí que al acabar como ganador, se bajara de su Ducati GP24 en ese ángulo y besara el asfalto. Los comisarios le asediaron y, después, parte de los 60.000 fans que invadieron la pista. El respiro llegó con el estallido con los suyos.
Por eso, Martinator consideraba este triunfo de los más cruciales de su trayectoria. "De las victorias más importantes de mi carrera deportiva. Después de lo del año pasado, después de ayer, el objetivo era acabar, me daba igual si era ganar o no, la verdad. Sabía que podía ganar, me encontraba cómodo, tranquilo, pero tener eso en la cabeza durante 27 vueltas no ha sido nada fácil", exponía.
Desde el invierno pasado, Martín se puso como reto crecer a nivel psicológico. Ahora, después de superar la dura prueba indonesia, ve los frutos. "Mentalmente ha sido muy difícil, he tenido que trabajar mucho y conseguir la victoria es el trabajo de todo un año que llevo haciéndolo", reconocía.
El bello premio es tener 21 puntos de ventaja sobre Bagnaia. Hubo dudas por si sancionaban o no a Acosta por la presión de sus neumático. Eso no llegó y Pedro se quedó con un excelente y merecido podio y Jorge con el regalo de ver a Pecco a esos 21 y no a 17 puntos. "Al final, hay que aceptar las cosas como vienen. Ahora, hay que pelear con 21. Lo importante es mejorar lo de este fin de semana. Cometí un error en el Sprint que no quiero cometer en Japón, pero cada fin de semana es diferente. Este fin de semana, he pecado de optimista o de demasiada confianza y espero aprender del error", incidía.
Porque Jorge lo tiene claro. "Obviamente que hay que creer en el título de Martinator, si no no estaríamos aquí y veremos qué pasa", lanzaba.
Pecco ite su inferioridad
Bagnaia se vio frenado por una salida discreta -mal en la arrancada y mejor en la aceleración- que le dejó cuarto. Luego, fue excesivamente cauto en la curva 16 y le costó adelantar. "La GP23 tiene mejor tracción que la GP24", dijo. Con todo, su ritmo estaba lejos del de Martín.
El '1' intentaba consolarse. "Hemos dado el máximo los dos. Para Jorge lo importante era la victoria, porque no ganaba desde Le Mans. Para mí, era ganar puntos, no lo hicimos, pero recortamos un poco, estamos a menos que en Misano. Es un punto de partida. Conseguir más que esto era difícil. El campeonato será tenso hasta que matemáticamente se acaben las opciones", afirmó.
Un Mundial a dos
El campeonato se perfila como un mano a mano, pues Bastianini y Marc Márquez no sumaron. Enea se queda a 75 puntos y el ilerdense, a 78. "El problema es que estaba tirando mucho, al límite. Los problemas principales fueron en las primeras vueltas, no tenía agarre en la parte derecha, no podía deslizar. Era un desastre. Sólo tenía el objetivo de ganar", decía La Bestia. Y le salió cruz.
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