Alonso 'también la tiene' con Colapinto: "Sí... casi me choco"

El viernes del Gran Premio de la Emilia Romagna, en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari de Ímola, para Fernando Alonso fue una prueba de nerviosimo. De ir al límite y evitar contratiempos mayores. El asturiano, con la 'versión antigua' del Aston Martin AMR25, ya se salvó el chocar con Charles Leclerc en el primer libre y repitió problema ante Franco Colapinto en la segunda sesión cronometrada en suelo italiano.

La película fue parecida. Alonso montó el compuesto más blando (C6) desde el inicio -toda la parrilla prefirió empezar con el medio- y cuando tiraba tuvo un amago de susto. Fue en Tamburello, una de las curvas más difíciles e icónicas del trazado. Iba a fondo y Franco Colapinto, en su segundo entrenamiento con el Alpine, marchaba muy lento en la trazada.

De nuevo, Alonso se salvó de milagro. "Es que tío... casi choco", dijo por la radio mientras sacaba la mano al argentino. Con la calma de no comerse al Alpine y provocar un desastre para el AMR25 del asturiano, un coche que no montaba las actualizaciones que sí estrenó su compañero Lance Stroll.

Es que tío... casi choco

Fernando Alonso

No fue ni la primera de Alonso en el fin de semana... ni tampoco la de Colapinto. El '14' ya tuvo tensión con Leclerc en la parte de subida por la mañana, mientras que el argentino vivió un momento de tensión con Yuki Tsunoda que terminó con peineta del japonés de Red Bull. Además, el argentino añadió una salida de pista cuando apuraba con el blando en el FP1.

Las dificultades con el tráfico son un habitual en Imola. La pista italiana es rápida, pero no presenta grandes lugares para adelantar, cosa que magnifica las dificultades. Más con coches tan grandes como los Fórmula 1 y que tanto sufren detrás de otros con el denominado aire sucio como protagonista.