Real Madrid vs Celta: En manos de Mbappé

Kylian Mbappé regresa al once titular del Madrid. Lo hace después de tres partidos consecutivos en los que no apareció entre los elegidos por Ancelotti. Ante el Athletic, estuvo sancionado por la tarjeta roja que vio en Vitoria. En Getafe no jugó debido a unas molestias en el tobillo, que lo obligaron a abandonar el partido ante el Arsenal entre pitos. Y en la final de Copa fue la gran sorpresa al quedarse fuera del once inicial. Es el regreso en la competición liguera en un escenario en el que el Madrid no puede hacer más cuentas que ganar y sacar cinco puntos más que el Barcelona de los quince que aún tiene por delante.

Ante el Celta, Mbappé regresa a un Bernabéu que ha estado de uñas con él en sus dos últimos partidos en Chamartín. En la noche negra contra el Arsenal, se marchó entre pitos al ser sustituido. Ese castigo sonoro se repitió cuando, ante el Athletic, su imagen apareció en los videomarcadores mientras seguía el partido desde su palco privado. Su cara fue un poema al darse cuenta de que lo vivido ante el Arsenal no fue solo una rabieta de la grada por la derrota.

La vuelta al equipo, a pesar de esos episodios, le llega a Mbappé con terreno ganado frente a la crítica. En la final de Copa de la semana pasada no pudo levantar el trofeo, pero su entrada al campo tras el descanso cambió radicalmente la cara del Madrid. Quedó muy claro que el '9' es el jugador franquicia, el que puede hacer que los rivales sientan que, en cualquier jugada, es capaz de cambiar el rumbo del partido, por mal que pinte para el Madrid. Más allá de su gol de falta —el primero de su carrera de tiro libre—, Mbappé dio un giro de 180 grados a las sensaciones del partido. Aunque se quedara sin trofeo y viera al Barça volver a celebrar un triunfo ante su Madrid (tres de tres), Kylian lanzó el mensaje de que el equipo es uno con él... y otro muy distinto cuando no está.

Tras perder en apenas diez días la Champions y la Copa, el Madrid afronta ahora la ardua tarea de recuperar la desventaja que tiene con el Barcelona: cuatro puntos, que realmente son cinco a causa del 0-4 en el Bernabéu en la primera vuelta. Para Mbappé, ganar la Liga es algo con lo que ha contado en casi todas sus temporadas desde su llegada a la élite. Campeón con el Mónaco en 2017, con la camiseta del PSG las gano todas menos una entre 2018 y 2024. Sólo en 2021 se le escapó, cuando en sorprendente Lille osó a derribar el imperio parisino.

Dos al Celta y mensaje

A pesar de todo, Mbappé es el gran arma del Madrid en su desesperado y agónico intento de enjugar la distancia abierta por el equipo de Hansi Flick, que llegó a estar al acabar enero a siete puntos de distancia de los blancos. Sin ser el imponente jugador tantas veces visto con el PSG y, en especial, con su selección, Mbappé suma ya 34 goles en su primera temporada con el Madrid. Es una cifra tan notable que le tiene a sólo tres del mejor estreno de un jugador en la Casa Blanca: los 37 de Iván Zamorano en sus 45 partidos de la campaña 1992-93. A Mbappé le queda terreno por delante para superar esa marca: cinco partidos de Liga y al menos tres en el Mundial de Clubes, que podrían ser siete. Su media actual es de 0,66 goles por partido; la de Zamorano fue de 0,82.

Esa pelea por alcanzar al Barcelona y, de paso, superar el récord de Zamorano, comienza ante el Celta. El equipo gallego ya le ha complicado la vida al Madrid tanto en Liga como en Copa, aunque en ambas ocasiones acabó derrotado. En esos dos encuentros, el conjunto de Ancelotti encontró en su estrella el primer gol del partido. En Vigo, Mbappé firmó el 0-1 con un misil desde fuera del área. En la Copa, en un partido marcado por la polémica, abrió el marcador con una gran acción individual que partió de una jugada muy protestada: el derribo de Lunin a Williot Swedberg, reclamado insistentemente como penalti por los celestes. Mbappé dejó el campo en el minuto 80, con el marcador 2-0. En los diez minutos sin él, el encuentro acabó yéndose a la prórroga.

En ese contexto, Mbappé regresa al Bernabéu. No hace falta ser adivino para saber que lo hace con rabia contenida: la de haber perdido la final de Copa y la de haber escuchado los pitos de castigo de su propia afición. También con la intención de cambiar el rumbo de una temporada de estreno en el Madrid que, pese a sus 34 goles, ha tenido más momentos de frustración que de alegría.

En el partido de Copa ante el Celta celebró su gol señalando el escudo. "Con el escudo no se juega", escribió esa noche en sus redes sociales. Fue su respuesta a las feroces críticas recibidas tras el 5-2 contra el Barcelona en la Supercopa de España, apenas cuatro días antes.

Esta vez, la situación es aún más tensa. Y Mbappé está en el centro del foco.