Se habla mucho del primer gol del Racing, con Arana dentro del área del equipo aragonés cuando Poussin puso el balón en juego. Se habla mucho del penalti del Zaragoza en el tiempo añadido, que no acabó siendo el empate porque Ezkieta se lo paró a Aketxe. Y quizás se ha hablado menos de la amarilla que vio Íñigo Vicente después de marcar el 0-2.
Algunos lo ven como una provocación del futbolista y otros como una tarjeta injusta porque lo celebró en el lugar donde estaba la cámara. Y así se vio en TV. El futbolista vasco se tapó los oídos y, a continuación, apretó y levantó los puños. Seguidamente, el árbitro le amonestó "por hacer gestos exaltados en la celebración de un gol, delante del portero rival", según recoge el acta de Sesma Espinosa. El 10 del Racing no entendía el problema y protestó de manera ostensible.
Hace dos temporadas, Gerard Moreno vio la amarilla por un caso parecido en la victoria del Villarreal en el Metropolitano. Celebró el 0-2 con las manos en la orejas y la lengua fuera, una dedicatoria que, como él mismo contó, iba dirigida a sus hijas. "Nunca he faltado al respeto a ninguna afición y nunca lo voy a hacer. Quien me conoce sabe que celebro así los goles. Estoy muy tranquilo porque no he hecho nada", reconoció tras aquel partido. El club reaccionó rápido y presentó un recurso ante el Comité de Competición para que le retiraran la amonestación. Y se la quitaron, al considerar que no se trató de una provocación y que el gesto, además, lo realizó a la 'cámara de gol'.
En el Racing están valorando recurrir la sanción a uno de sus jugadores franquicia. Creen que los antecedentes son favorables. ¿Quedará sin efecto la amarilla a Íñigo Vicente?
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