Apunten al Valencia. No es una broma. Apunten a los de Corberán a la lucha por la octava plaza que da derecho a jugar la Conference League. Y apunten a Hugo Duro como uno de esos delantero para guardar en una urna. El doblete del ariete salva de forma definitiva al Valencia de la quema y me hace mirar por méritos propios a los puestos europeos. La llegada de Corberán ha sido una bendición y el equipo no ha dejado de crecer.Las Palmas, con un partido de menos a más, ni siquiera fue capaz de aprovechar el regalo del colegiado el el penalti de chiste que le señalaron a Diego López. Los canarios se hunden en la tabla y son firmes candidatos al descenso. El arreón final fue meritorio. Poco más.
Empezó el Valencia como un avión. Triangulaciones, llegadas, ocasiones... absolutamente desmelenado el equipo de Corberán que quería meter el miedo en el cuerpo a Las Palmas nada más arrancar el choque. Tuvo Rafa Mir el primer gol en sus botas en una jugada ensayada que desbarató Horkas con una buena intervención. El conjunto canario no sabía por dónde le llegaban los golpes y se veía superado en todas las fases del juego. Tanto lo buscaba el Valencia que al final tuvo premio. Una llegada por la derecha de Rioja se convirtió en un centro envenenado que cazó Hugo Duro con la derecha y la mandó a la red. Noveno gol del delantero y Pichichi del equipo que ponía justicia en el marcador.
El gol, que debía espabilar a los locales, tuvo un efecto contrario. Los de Diego Martínez sintieron el hierro y el Valencia siguió jugando a sus anchas. Dominio y sensación de peligro constante sobre la portería de un Horcas que tampoco mostraba demasiada seguridad en sus intervenciones. Las Palmas jugaba a velocidad de tortuga y así era complicado pensar en poder dañar a la zaga de un Valencia metido con los cinco sentidos en el partido.
La primera parte acabó con uno de esos penaltis que son una broma. Un cabezazo de Bajcetic hacia el suelo ó con el brazo de Diego López que no podía desaparecer de ninguna manera. De Burgos consultó al VAR y pitó la pena máxima. Sandro aprovechó el regalo del colegiado vasco para empatar el partido desde los once metros. Increíble. Tras una primera mitad inmaculada de los de Corberán se marchaban al vestuario con tablas en el marcador tras una decisión arbitral de las que, muchas veces, te hacen tirar la toalla.
La segunda mitad comenzó en la misma línea. Disparo de Rafa Mir desde fuera del área que obligó a Horkas a una gran parada y posterior saque de esquina que estuvo cerca de colarse en la meta canaria. No se había jugado ni un minuto. Las Palmas intentaba sobrevivir con alguna acción a balón parado, pero el dominio seguía siendo de los visitantes.
En ese escenario llegó el segundo del Valencia. Una arrancada espectacular de Diego López (la Fe del asturiano merecía premio) acabó con un centro medido para que Hugo Duro se adelantara al central con un testarazo certero. Doblete del ariete y otra ventaja para los de Corberán que lo estaban mereciendo de forma evidente. El Valencia mostraba músculo y no iba a dejar de hacerlo. Con Las Palmas perdido en protestas estériles, el equipo de Corberán siguió a lo suyo. Otra arrancada de Diego López, precedida de un robo de Sadiq, acabó con un centro atrás del asturiano que acabó con Suárez embocando en su propia portería.
Todo parecía resuelto, pero Las palmas quería un último baile. Un remate en plancha de McBurnie sorprendió a Mamardashvili que no pudo despejar el testarazo del escocés que ponía picante a los últimos cinco minutos de partido. De hecho, picante hubo. Mata tuvo el empate de cabeza, pero su remate se fue alto por muy poco. Las Palmas tiró de orgullo en el sprint final en los nueve minutos de añadido que decretó el colegiado.
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