Ayoze le costó al Villarreal cuatro millones de euros. Alguien en el Betis debería hacer penitencia. Vaya error grosero. El canario juega a lo que le da la gana y ante el Espanyol ganó el partido cuando le vino bien. Ayudado por el mejor pasador de la Liga, Baena, el isleño marcó dos goles que le convierten en el jugador más en forma del campeonato. Tras la goleada encajada ante el Barça los amarillos supieron reaccionar en un campo más que complicado y en el que sacar puntos va a ser un suplicio.
El partido arrancó con un despeje de Cabrera que acabó en un paradón de Joan García y que hizo que el partido despertara cuando solo se habían jugado cinco minutos. El arquero dejaba claro nada más empezar que para que el Espanyol se quede en primera no venderle este verano ha sido una bendición. En terreno minado Ilias es un desatascador espectacular. El internacional marroquí fue una tortura constante para un Espanyol que no sabía como detenerlo. Regates, centros y peligro a raudales por la banda derecha. Las ocasiones iban cayendo por parte de los visitantes mientras los pericos esperaban una oportunidad que no llegaba.
Albiol y Veliz, choque de trenes.
Una de las imágenes del partido fue el choque de cabezas entre Veliz y Albiol. El central del Villarreal se hizo una brecha importante en la cabeza y tras la dura conmoción no pudo seguir en el campo. El argentino del Espanyol tuvo más suerte, pero el choque fue brutal.
Es ese escenario llegó el gol local. Una falta en el borde del área la maquinó el Espanyol con maestría. Amago de lanzador zurdo, toque a la frontal y disparo con todo de Jofre que acabó en el fondo de la red en el primer disparo a puerta, con algún rebote, de los de Manolo González.
Tras el gol tocaba reaccionar para los de Marcelino. Y su gol llegó de la manera más previsible del mundo. Asistencia de Baena (17 pases de gol dio la pasada campaña) y gol de cabezazo certero de Ayoze en el añadido... como siempre.
Tras el estresante final de la primera parte, el paso por el banquillo no relajó a ninguno de los dos equipos. Menos aún a Ilias (que seguía con su particular cruzada de amenazar, driblar, centrar...) y a Puado, que tuvo la más clara del Espanyol que estrelló en un Bailly providencial. El festival de ocasiones lo continuó Barry con un remate claro que estuvo cerca de convertirse en el 1-2 (no fue la tarde soñada del delantero).
Con todo en el aire volvió a aparecer la sociedad ilimitada de Marcelino. Otro pase de Baena y magia de Ayoze para con delicadeza marcar de disparo lejano besando el palo de Joan García que poco pudo hacer. El arreón final del Espanyol, que lo intentó todo, no dio rédito alguno.
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