El Leganés vuelve a Segunda división apenas un año después de lograr el ascenso la pasada temporada en el mismo Butarque que hoy ha vivido por todo lo alto y con decepción final el intento de milagro de su equipo.
Hizo lo que tenía que hacer, pero no ha sido suficiente en toda la temporada, capaz de ganar a Barça o Atleti, pero muy irregular. Enfrente no estaba solo el ya descendido Valladolid, que salió muy serio y voluntarioso con Moro en modo Vini Jr., sino el Espanyol a 600 kms, dos puntos por encima y con ventaja en la pelea por la salvación.
El Lega salió nervioso pero con ganas. Diomande en el 6' ya avisó a Hein lamiendo el palo con un trallazo desde fuera del área. El costamarfileño fue un puñal en los primeros compases, regateando en carrera, filtrando pases y hasta sacando la primera tarjeta de Candela en 13 minutos. Suyo fue el casi 1-0 en el 15' en una jugada de fuerza que solo detuvo Hein superados ya todos los defensas.
Todo partía de sus botas en ese ala izquierda: en el 20' con un regate y pase frontal a Raba que estrelló en la defensa cuando ya se cantaba el 1-0. Y se cantó en el 24' con la enésima de Diomande, otro baile, bicicleta, pase raso al centro del área y el zurdazo de Javi Hernández, sin marca, que se coló por la escuadra de Hein para salvar un rato a los pepineros.
Tras la pausa de hidratación el subidón fue tan grande que casi en la siguiente jugada llegó el 2-0 virtual en una jugada coral en el 33': Raba lo filtra a Munir en el área, se revuelve como una peonza y la cesión a Cissé la clava cruzando a Hein. No subió por un milimétrico fuera de juego del propio Munir, de los que necesitan a los 'moñecos' del VAR.
Pero el Valladolid estaba encerrado y perdido, como toda la temporada. Y una de esas aprovechó, quién si no, Diomande para recoger un pase de Cissé al hueco, entrar sólo en el área recortando a dos rivales y cruzar el 2-0 real en un golazo de bandera en el 36' que cerraba el partido. Por si no era suficiente, en el 40 el enésimo baile de Yan terminó superando a Candela y lanzando al segundo palo para el 3-0 de Cruz casi a puerta vacía. Él solo se zampó al Valladolid. Un escándalo.
Esperando el milagro
La segunda parte se jugó más en Cornellá, con los transistores pendiendes de un milagro de Las Palmas, ya fuera con un gol o rechanzando todas las oportunidades pericas, que eran pocas o escasa.
El Valladolid metió tres cambios, Cenk, Luis Pérez y Maroto, para agitar algo a un equipo dormido pero el 4-0 lo sacó Hein a derechazo de Raba en el minuto 5' con otra estirada. Ahí durmió un poco el partido ya el Lega, le dejó el balón al Valladolid a ver qué tenía que ofrecer, y esperó tranquilamente a la contra porque tampoco Pucela empujaba más que con corazón y algo de Alani.
Solo llegó el bajonazo tras los cambios de Diomande, tocado, y Munir, que se partió la cara, y sobre todo, en el 63' cuando las radios, los móviles y las alertas invadían el estadio con el 1-0 de Puado en Cornellá. Y el frío bajó también al césped, por lo que la grada reaccionó con el clásico "te quiero más que nunca en Segunda, ahora Leganés".
Los cambios en uno y otro equipo rebajaron el pulso del encuentro mientras Borja revisaba en el móvil en el banquillo con cara de sorpresa el penalti del Espanyol. Apenas hubo ya oportunidades hasta el final y menos tras el 2-0 de Pere Milla en el 80' que certificaba el descenso.
Los dos banquillos tenían el mismo gesto en el tramo final del encuentro, los dos entrenadores, los jugadores, llorando en el campo y el banquillo. Solo la afición echaba un cable en el drama y agradeciendo el buen partido final del Lega que buscó el cuarto en los últimos compases del encuentro. No quiso descontar ni un minuto Soto Grado, ni falta que hacía. Ahora toca trabajar para regresar, una vez más.
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