Sin embargo, una de las reglas más relevantes —y muchas veces desconocida para el público general— es que todas las tarjetas amarillas acumuladas se limpian al finalizar los cuartos de final. Es decir, al comenzar las semifinales, todos los jugadores comienzan con el contador a cero en cuanto a amonestaciones se refiere.
Esto significa que, aunque un futbolista vea una amarilla en el partido de hoy, no se perderá la final por ese motivo. Solo una expulsión directa podría dejar fuera a un jugador.
En el caso del Barcelona, los futbolistas que llegaron apercibidos a cuartos y evitaron una nueva tarjeta en esa fase ya están libres de sanción por acumulación.
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