Una revolución y siete intocables en el Atlético

Aunque el verano pasado ya dio hasta 13 salidas que permitieron rejuvenecer el plantel, dar un salto de calidad y, sobre todo, sentar las bases del futuro con la contratación de Julián Alvarez como jugador bandera de los próximos años, el Atlético afrontará el inminente mercado con la oportunidad de dar continuidad y completar el lavado de cara que exigían la edad y el nivel de los futbolistas. En este sentido, la gran reválida para Carlos Bucero pasa ahora por seguir rodeando a la Araña de lugartenientes de garantías para competir a Real Madrid y Barcelona. Sin embargo, la distancia que aún existe con los grandes demanda otra revolución cuyo éxito depende en gran medida de la Operación Salida. Tanto, que apenas son siete los intocables alrededor de los cuales se puede seguir construyendo.

Con el Cuti Romero y Baena, además de un lateral izquierdo, un 5, un extremo regateador, un delantero y un portero suplente en cartera, la hoja de ruta rojiblanca pasa por emular el mercado anterior. La llegada junto a Julián de Le Normand, Sorloth, Gallagher, Lenglet e incluso Musso, además de valorar la proyección de Giuliano, justificarían la inversión de 178 millones del verano anterior. Pero no habría sido posible sin los casi 120 kilos en caja, el ahorro en fichas y las plazas libres en la plantilla que dejaron el adiós de Joao Félix, Morata, Vermeeren, Samu Omorodion, Mouriño, Moldovan, Saúl, Savic, Gabriel Paulista, Mario Hermoso, Memphis o Carlos Martín. De ahí que, más allá de un reducido núcleo de siete jugadores, el Atlético no cierra ninguna puerta a estudiar las ofertas que permitan la renovación y la entrada de aire fresco en el plantel.

Por lo pronto, Azpilicueta y Witsel dejarán el club a la conclusión de sus contratos una vez disputado el Mundial de Clubes; Reinildo, con la misma situación contractual, también es una incógnita al no existir acercamiento alguno para extender su vinculación; Musso y Lenglet, aunque su regreso sería visto con buenos ojos, deberán regresar a la Atalanta y el Barcelona, respectivamente, a la espera de otra negociación; Lino figura en el escaparate como la mayor opción de un traspaso jugoso; Riquelme también está en la rampa de salida; Correa y el club entienden que tiene su ciclo terminado después de diez años como rojiblanco; Saúl se desvinculará de la entidad ya de manera definitiva y a Lemar, aunque aún le resten dos temporadas más de contrato, se le espera encontrar una salida de una vez por todas...

De Paul, un caso especial

Aunque se traten todas de despedidas esperadas, la posibilidad de ‘abrir las ventanas’ no se detiene ahí ni mucho menos, pues apenas Oblak, Llorente, Le Normand, Barrios, Giuliano, Sorloth y Julián Alvarez tienen su continuidad asegurada.

Una columna vertebral en la que en principio también debería estar De Paul, si bien todo dependerá del desenlace del tira y afloja que mantiene con el Atlético. Con contrato hasta 2026, es el verano de renovar (de momento no hay acuerdo con el argentino mostrando la postura de fuerza que le da su gran temporada y su condición de campeón del mundo y el club) o salir traspasado (en el Metropolitano miden si resulta más conveniente atender a sus peticiones o esperar a un gran oferta).

No se trata, en todo caso, del único con contrato que tiene un futuro incierto. Así, Giménez, Molina o Gallagher entran en los planes, pero también serían objeto de estudio en el caso de que llegara una importante propuesta por su adiós. Mientras que Galán, aunque no se espera que pueda dejar una suculenta cantidad, figura también como un futbolista transferible (de hecho se intentará su venta) por más que tenga firmado hasta 2026.

Además, también aparecen en el siguiente proyecto Koke y Griezmann, aunque más que como intocables, con un rol de suplentes de lujo, como ya demostró el capitán en este ejercicio.