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La digestión es un proceso vital que permite al cuerpo descomponer los alimentos y absorber los nutrientes necesarios para su funcionamiento. Sin embargo, muchas personas experimentan malestar digestivo después de las comidas. Una solución simple y efectiva que ha ganado atención es caminar durante 10 minutos después de cada comida. Expertos en salud y nutrición explican por qué esta práctica puede ser beneficiosa.
Estimula el tránsito intestinal
Caminar después de comer ayuda a estimular el tránsito intestinal. La actividad física suave promueve la contracción de los músculos del tracto digestivo, facilitando el movimiento de los alimentos a través del estómago y los intestinos. Esto puede ayudar a prevenir problemas como la indigestión y el estreñimiento.
Mejora la circulación sanguínea
Cuando caminas, aumentas la circulación sanguínea en todo el cuerpo, incluyendo el sistema digestivo. Una mejor circulación significa que más sangre fluye hacia el estómago y los intestinos, lo que puede mejorar la eficiencia del proceso digestivo y ayudar a la absorción de nutrientes.
Reduce la sensación de pesadez
Después de una comida copiosa, es común sentir pesadez o incomodidad abdominal. Un paseo ligero puede ayudar a aliviar esta sensación al promover una digestión más rápida y eficiente. Al moverte, se estimulan los órganos digestivos, lo que puede reducir la sensación de hinchazón.
Ayuda a regular el azúcar en sangre
Caminar después de las comidas también puede tener un impacto positivo en los niveles de azúcar en sangre. La actividad física moderada ayuda a que las células utilicen la glucosa más eficientemente, lo que puede ser especialmente beneficioso para personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2.
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