Los Pacers están a dos pasos de meterse en su primera final de la NBA desde 2000. Entonces se cargaron a los Knicks, el mismo rival al que ahora tienen contra las cuerdas después de dos derechazos en los dos primeros partidos de la final del Este (0-2).
Esta vez, sin necesidad de remontadas para los anales pero con un Pascal Siakam monumental (39 puntos), volvieron a imponerse en un Madison (109-114) que se niega a creer que haya visto su último encuentro de la temporada. Cabe la posibilidad -y no suena descabellado- de que la serie quede resuelta en Indiana, aunque los Pacers quizás quisieran jugar mejor fuera de casa, donde han ganado los últimos seis partidos de playoffs.
La historia dice que los Knicks tienen imposible levantar este 0-2. El balance cuando un equipo gana los dos primeros partidos en una final de Conferencia es de 76-6, pero cuando lo ha hecho fuera de casa es de 82-0. Los de Nueva York, en su primera final de Conferencia en 25 años, tendrán que hacer lo que nadie ha hecho en la historia para alcanzar la pelea por el anillo. Y las sensaciones no invitan a creerlo.
Tras la locura, un partido normal
Porque los Knicks perdieron una gran oportunidad en el estreno de la serie permitiendo a su rival una remontada de locos. Aquello fue de todo menos normal. Indiana sólo debería haber ganado en un caso entre un millón. Y se dio. Pero en el segundo partido, muy igualado y con cinco puntos como diferencia máxima en los parciales de cada cuarto, los Pacers fueron mejores.
Sobre todo, cuando debían serlo, en el último periodo. Fue cuando emergió la figura de Myles Turner, que metió ahí 13 de sus 16 puntos. Jalen Brunson, tuvo un triple para empatar a falta de ocho segundos. No entró e Indiana sueña con resolver en dos partidos más.
De entre la enorme variedad de recursos que tienen los Pacers, destacó sobre todos Siakam. El camerunés explotó con 39 puntos, su tope en playoffs, gracias un sensacional 15/23 en tiros de campo, incluidos tres triples en cinco intentos. El que ya fuera campeón con los Raptors en 2019 metió 16 de los 24 puntos de su equipo en el primer cuarto y 21 de los primeros 31. Al descanso ya sumaba 23 en sólo 15 minutos en pista.
Brunson, que promedia 39,5 en los dos encuentros, dio la réplica por los Knicks. Le ayudaron Miles Bridges y Karl-Anthony Towns, con 20 puntos y siete rebotes cada uno, aunque el pívot no tuvo la incidencia de otras ocasiones y jugó sólo 28 minutos. El ritmo lo manejó casi siempre un Tyrese Haliburton que acabó con 14 puntos, 11 asistencias y ocho rebotes.
El tirón del último cuarto
El choque llegó igualado al inicio del último cuarto (81-81). Los Pacers dieron un tirón con un 0-8 que incluyó triples de Ben Sheppard y Siakam. La grieta se abrió hasta el 100-110 que fijaba la máxima de los visitantes a falta de 2:45 para el final. Cuando peor pintaba para los Knicks volvió a aparecer Brunson, que anotó cinco puntos en un parcial de 9-0. Sin embargo, con 109-112 en el marcador tras dos tiros libres de Aaron Nesmith, el base local falló un triple lejano. El rebote lo atrapó Turner, que fijó el marcador final desde la línea del tiro libre.
Los Pacers ponían el 'irremontable' 0-2 y vislumbran su primera final en la NBA en 25 años. En aquel 2000, los Lakers les impidieron conseguir el que habría sido su primer anillo. Sueñan con ganarlo ahora.
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