El libro 'Leer a mano' (La Esfera de los Libros), escrito por el dibujante y escultor Miguel Sobrino, trata de la percepción, algo que no atañe solo a la vista: las obras de arte y los edificios poseen cualidades táctiles, que influyen, hasta de forma inconsciente, en las sensaciones que nos producen. También es un elogio de la lentitud aplicado a las artes y a la arquitectura, una defensa del ritmo pausado que se precisa tanto para crear algo como para contemplarlo y comprenderlo.
Las artes y los oficios conllevan experiencias que nos conforman como humanos. Sus frutos -pinturas, esculturas, edificios, películas, novelas, cómics- poseen valor por ser el resultado, necesariamente imperfecto y en gran parte imprevisible, de la lucha de determinados seres humanos en incruentos campos de batalla, sembrados de estímulos y de limitaciones.
Crear y producir no son lo mismo. Crear es un acto en el que interviene toda la fuerza y volubilidad que late en cualquier vivencia; producir es replicar los resultados aparentes de la creación en lo que viene a ser un simulacro, donde prevalecen la previsibilidad y el sometimiento a la rentabilidad que impera en cualquier bien de mercado. Ante esta encrucijada, crear, incluso cuando uno busque ganarse la vida con ello, puede convertirse en un acto revolucionario, un gesto de resistencia ante la mercantilización que impregna en nuestros días cada una de las actividades humanas.
"Las piedras enseñan, pues, a quienes quieren escucharlas. También los que impartimos habitualmente cursos aprendemos mucho de los alumnos, de su atención ante la novedad, de sus recursos en ocasiones insospechados. Por ejemplo, yo he aprendido con ellos que cada persona tiene su huella particular sobre la piedra, del mismo modo que cada cual tiene al escribir una grafía característica. Con el mismo bolígrafo y el mismo tipo de papel, no habrá dos personas que tracen la misma frase de forma idéntica; gracias a los cientos de alumnos que han pasado por nuestro taller, he sido consciente de que con un juego de útiles equivalente y sobre piedras similares cada uno deja su impronta particular, reflejo de su personalidad igualmente única", advierte Miguel Sobrino.
"Eso mismo ocurría cuando equipos de operarios ponían en pie, en siglos pasados, una catedral o una humilde vivienda. Es algo que no suele mencionarse, pero se podría asegurar que gran parte de la belleza, el valor y el encanto de las creaciones históricas radica en que están hechas a mano. Siempre imagino cómo sería el monasterio de El Escorial, por ejemplo, si estuviese construido con la misma piedra granítica e idéntico número de sillares y dovelas que posee ahora, pero habiendo sido creado con medios mecánicos. Y es que son las pequeñas irregularidades las que hacen que en las galerías del monasterio no haya dos balaustres ni dos columnas iguales, y que en sus enormes fachadas no existan dos sillares idénticos, unas desigualdades que son las que dotan de pálpito, de vibración, incluso a una arquitectura tan regular y adusta como la escurialense", continúa el autor de 'Leer a mano'.
"Leer a mano' es un conjunto de textos breves que pueden ser leídos al azar, aunque al colocarlos uno tras otro parecen cobrar entre ellos, a veces, una imprevista coherencia. Tratan asuntos variados, pero con algo en común: la consideración de que las artes y la arquitectura no pueden convertirse en el resultado de procesos ajenos al devenir vital de quienes las creamos, las contemplamos, las usamos y las habitamos", finaliza Miguel Sobrino.
Miguel Sobrino, dibujante y escultor
Miguel Sobrino González, nacido en Madrid en 1967, es dibujante y escultor. En los años 90 dirigió en Burgos, junto a Julio Peña, el Taller Siloé, y desde 2004 trabaja en la Escuela de Arquitectura de Madrid (UPM). Ha publicado numerosos trabajos sobre arte y arquitectura en libros, actas de congresos y medios de comunicación especializados y divulgativos. Imparte clases, conferencias y cursos, además de colaborar en la divulgación del arte y la arquitectura a través de medios audiovisuales.
Como ilustrador, ha trabajado para diferentes editoriales e instituciones como el Instituto del Patrimonio Histórico Español, el Instituto Cervantes, la Fundación de Cultura Islámica, la Fundación Las Edades del Hombre, el Alcázar de Segovia, la Institución Gran Duque de Alba o los museos de Valladolid, Medina del Campo, Toledo, Arévalo, Vitoria y San Sebastián entre otros. Junto a Santiago Sobrino recreó en un mural de la madrileña calle del Almendro una panorámica de la ciudad en el siglo XVI. Para el Museo de la Catedral salmantina llevó a cabo una recreación de la bóveda astronómica conocida como Cielo de Salamanca.
Como escultor, ha participado en diversas restauraciones y es autor de obra pública en Madrid y en diferentes poblaciones de Cantabria, Castilla y León, País Vasco e Hispanoamérica. Ha labrado elementos escultóricos para lugares como el Alcázar de Segovia, el palacio de Gaviria en Madrid, la catedral de León, el teatro Arriaga de Bilbao, las murallas de Medina de Pomar, la iglesia mozárabe de San Cebrián de Mazote o la Fundación Joaquín Díaz de Urueña. Son suyas las cuatro esculturas de la fachada de La Merced, en la ciudad antigua de Panamá.
En La Esfera de los Libros, Miguel Sobrino ha publicado, con gran éxito, una trilogía sobre el patrimonio histórico español: 'Catedrales. Las biografías desconocidas de los grandes templos de España', 'Monasterios. Las biografías desconocidas de los cenobios de España' y 'Castillos y murallas. Las biografías desconocidas de las fortalezas de España'.
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