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Roland Garros, el prestigioso Grand Slam francés, abrió sus puertas este domingo con el habitual glamour y tensión de la tierra batida, pero también con un debate que ha encendido las conversaciones dentro y fuera del circuito: el reparto de las pistas principales. A medida que se desarrollan los primeros días del torneo, no han pasado desapercibidas las decisiones de la organización respecto a qué jugadores ocupan la Philippe Chatrier, la pista principal, y quiénes son relegados a la Suzanne Lenglen o incluso a otras pistas.
El caso más llamativo ha sido el de Carlos Alcaraz. El joven murciano, campeón del torneo en 2024 y uno de los máximos favoritos este año, no fue programado en la Philippe Chatrier para su debut. En su lugar, tuvo que disputar su primer partido en la pista Suzanne Lenglen. Aunque esta también es una cancha de primer nivel, con capacidad para más de 10.000 espectadores y un ambiente vibrante, muchos han interpretado la decisión como una falta de respeto al vigente campeón.
Y no ha sido un caso aislado. Arthur Fils, número uno del tenis francés y uno de los jugadores locales con mayor proyección, también comenzó su andadura fuera de la Chatrier. Y este mismo lunes, Alexander Zverev, finalista de la pasada edición, seguirá el mismo camino: su debut se dará también en la Lenglen, alejándolo del foco central del torneo. La tendencia es clara. La organización está apostando por una distribución que prioriza la visibilidad de la Suzanne Lenglen en lugar de concentrar todo el protagonismo en la histórica Chatrier.
Una estrategia mediática
Todo hace indicar que la intención detrás de este movimiento es equilibrar el prestigio entre las dos principales pistas del complejo parisino. Con una Suzanne Lenglen completamente techada desde hace dos ediciones, el argumento es que ya no hay justificación para seguir tratándola como la 'hermana menor' de la Philippe Chatrier.
En las gradas, la opinión es mixta. Muchos aficionados ses celebran la decisión de democratizar los grandes partidos y llevarlos a más pistas, lo que permite que un mayor número de seguidores disfruten en vivo de encuentros estelares. Pero otros consideran que se está desnaturalizando el espíritu de los grandes escenarios.
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