Movistar Inter ha vuelto. Cuatro años y 1.463 días después, uno de los clubes más laureados del fútbol sala español ha roto su sequía levantando la Copa del Rey. Un título que sabe a gloria y que ha sido especialmente emotivo para Jesús Herrero, su capitán, leyenda del club y uno de los grandes protagonistas de esta ansiada victoria.
Herrero, que lo ha ganado prácticamente todo en su carrera, itió que este trofeo tiene un valor emocional muy superior por las circunstancias del club y el desgaste vivido en las últimas temporadas. "Han sido años duros, complicados. Tenemos un legado ganador y ver que otros levantaban títulos mientras Inter no, dolía muchísimo", relató.
Irme de Inter sin ganar era impensable
La figura del portero de Torrejón no solo representa al vestuario de Inter, sino también a su historia reciente. Su implicación ha sido máxima incluso en los momentos más oscuros. "He pasado noches sin dormir, pensaba que podía acabar mi carrera sin volver a ganar un título con Inter. Eso me rompía por dentro", reconoció Herrero.
La presión autoimpuesta, el peso del escudo y la responsabilidad de ser referente para las nuevas generaciones fueron un lastre durante años. "Mi mujer y mi hija han sufrido este proceso tanto como yo. Ellas son parte de este éxito. Poder abrazarlas después del título ha sido inolvidable", aseguró.
Les dije a todos, celebrarlo como si fuera la última
Más allá del plano emocional, Jesús Herrero ha sido clave dentro y fuera de la pista. Desde el inicio de temporada trasladó al grupo un mensaje claro: “Este año sí. Este equipo lo veo con empaque, compacto, con hambre”. A lo largo del curso, no permitió relajaciones: "Me he cabreado mucho tras algunas derrotas, porque creía firmemente que podíamos ganar".
Herrero también destacó el carácter del vestuario esta temporada: “Tenemos una plantilla de 14 muy competitiva. Si estamos todos, podemos ganar a cualquiera”. Para él, volver a ver al equipo levantar un título es una señal de que Inter vuelve a estar donde merece: en la lucha por todo.
La emoción fue tal que no pudo contener las lágrimas tras la final: "Me acordé de todos los que han pasado por el club estos años. Este triunfo también es suyo. Ha sido una liberación".
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