El improvisado macropolideportivo en el que se convertirá la madrileña Plaza de España el 7 de junio con motivo de La Noche del Deporte será una convivencia entre los deportes más tradicionales como el fútbol o el baloncesto, aunque éste en su incipiente -y exitosa para nuestro país- modalidad de 3x3, con otros que la imaginación de unos visionarios dibujaron hace años.
Las inquietudes de estos, la mayoría de las veces iniciadas en las dependencias familiares, se han ido expandiendo hasta conseguir montar competiciones mundiales alrededor de ellos. Deportes como el pickleball, la especialidad que más ha crecido en Estados Unidos en el último lustro, el teqball, que ha conquistado la parte más oriental del continente asiático, o el roundnet, cuya federación internacional ya cuenta con 44 afiliados, son el ejemplo de que el deporte está en constante evolución.
Todas estas actividades, como también el parkour, la respuesta juvenil de la década pasada que sigue muy de cerca el Comité Olímpico Internacional, podrán disfrutarse entre las 20.00 horas y la 1 de la mañana el próximo sábado en una jornada en la que también convivirán medallistas olímpicos como Laura Ester, Ayoub Gharaf y Judit Rodríguez, además de figuras del relieve de Fátima Diamé.
Para completar una oferta en la que será la gran fiesta de la primavera deportiva en Madrid habrá muchas sorpresas y regalos, encuentros con estrellas, comida y bebida, además de retos como el que los campeones del mundo de dardos Ricky Pérez y David Ruiz mantendrán con todos los que se atrevan con la diana. Mientras los profesionales dispondrán de sólo dos tiradas, los desafiantes dispondrán de una tirada más.
Junto a la Plaza de España otras exhibiciones deportivas se repartirán por la Plaza de Oriente, la Fuente de la Cibeles y la Puerta de Alcalá.
Un deporte de jugones
Uno de los deportes que nació de forma totalmente fortuita y que ha conseguido acomodarse en los últimos años es el teqball. Quizás no lo reconozcas pero se podría denominar como fútbol en una mesa de ping pong. Lo que se conoce hoy día como teqball nació hace más de 23 años en unas vacaciones de uno de sus fundadores. En la actualidad ha conseguido consolidarse dentro del panorama deportivo a pasos de gigante y lucha por llegar a ser olímpico. Hace a penas unos meses se celebró en Madrid, por primera vez desde su creación, la fase previa al europeo de este verano.
Gabor Borsanyi, exfutbolista de la segunda división de Hungría y cofundador del teqball, estaba de vacaciones cuando fue retado por un jugador alemán a jugar al fútbol en una mesa de ping pong que se encontraba en el hotel. Al acabar de jugar se dio cuenta de que este juego con una mesa curva sería mucho más novedoso y divertido que con la mesa totalmente plana.
Para desarrollar la idea contó con la ayuda del empresario Gyorgy Gattyan y el científico Viktor Huszar. No fue hasta 2012 cuando se sentaron las bases y se empezó a crear la mesa. Dos años más tarde, el producto ya estaba creado y comenzó la aventura de este nuevo deporte. En 2017 se fundó la Federación Internacional y ya está presente en más de 40 países.
En España se encuentra en constante crecimiento. Sin un masivo en número de población de practicantes, nuestro país ya ha sido sede de varios campeonatos. Incluso, la Plaza de España, el escenario de La Noche del Deporte el 7 de junio, acogió una de las paradas del Challenger Europeo en 2024.
Este deporte, individual o por parejas, se juega al mejor de tres sets y gana el set el primero que llega a 12 puntos. La principal regla del teqball es que solo se pueden dar tres toques al balón para devolverlo sin que toque el suelo y siempre por encima de la red. Tampoco se puede devolver la pelota dos veces seguidas con la misma parte del cuerpo ni se puede tocar la mesa
El deporte de moda en EE.UU.
El pickleball, una mezcla entre tenis, bádminton y ping-pong, ha experimentado un crecimiento explosivo en los últimos años, especialmente en Estados Unidos, donde se ha consolidado como el deporte de más rápido ascenso. Con reglas simples, una curva de aprendizaje accesible y un formato socialmente atractivo, el pickleball ha logrado conquistar a jugadores de todas las edades.
Creado en 1965 en Washington por tres padres que buscaban entretener a sus hijos durante el verano, el pickleball se jugaba inicialmente en patios traseros. Hoy en día, ha evolucionado hasta convertirse en un fenómeno global. Solo en Estados Unidos, se estima que más de 36 millones de personas lo han practicado al menos una vez, según la Sports & Fitness Industry Association (SFIA).
Una de las claves de su éxito es su facilidad para aprender. El juego se disputa en una cancha similar a la de bádminton, con una red baja y palas sólidas. La pelota, de plástico con orificios, viaja a menor velocidad que una de tenis, lo que facilita los reflejos y alarga los puntos. Esto hace que el deporte sea atractivo para personas mayores, pero su dinamismo también ha captado a jóvenes y atletas de alto rendimiento.
Además, el pickleball promueve la sociabilidad. Muchos clubes y parques han creado espacios comunitarios para practicarlo, fomentando la interacción entre vecinos y creando una cultura deportiva amigable e inclusiva. Esta dimensión social ha sido un motor clave en su expansión.
El crecimiento no solo se limita a lo recreativo. También está consolidándose una liga profesional, torneos internacionales -el primero en España se celebró en Elche- y una economía alrededor del deporte que incluye marcas de equipamiento, patrocinadores y academias especializadas. Empresas deportivas y celebridades, como LeBron James, Andre Agassi, Steffi Graf y Tom Brady, han invertido en equipos profesionales, lo que ha elevado aún más su perfil mediático.
El fútbol se juega sentado
El subsoccer es una innovadora variante del fútbol que se juega sentado y combina entretenimiento, estrategia y habilidad en un formato accesible para todos. Este juego, también conocido como ‘football seated’, fue creado en España por un finlandés, Jaarno Sarinen, que estaba de vacaciones, mientras jugaba con su hija de cuatro años en su casa durante la Eurocopa 2008, que terminó ganando La Roja. Su sencillez y diversión le ha hecho ganar popularidad rápidamente.
A diferencia del fútbol tradicional, el subsoccer se juega entre dos personas que están sentadas una frente a la otra en sillas integradas a una mesa de juego. El objetivo es anotar goles pateando una pequeña pelota debajo de la mesa hacia la portería del oponente, que está justo bajo su silla. La superficie de juego está delimitada por paredes transparentes de plástico o acrílico, lo que permite que la pelota rebote sin salirse del campo.
Las reglas son simples: no se puede usar las manos, solo los pies, y ambos jugadores deben permanecer sentados durante todo el partido. Esta restricción añade un componente táctico al juego, ya que la movilidad se reduce, y se requiere precisión, reflejos y una buena lectura del movimiento del rival.
Además de ser una fuente de diversión, también promueve la inclusión, ya que personas con movilidad reducida pueden participar sin desventaja. También fomenta el compañerismo y el espíritu competitivo en un entorno seguro y controlado.
El punto de inflexión y lo que le hizo más popular en el país nórdico fue el partido que jugaron Antti Niemi, el mejor portero de la historia de Finlandía, contra el capitán de la selección finlandesa de fútbol sala, Panu Atio, en 2018.
Este nuevo formato de fútbol ha llegado para quedarse, y cada vez más empresas lo adoptan como parte de su oferta recreativa. Subsoccer demuestra que, con un poco de creatividad, se puede transformar un deporte tradicional en una experiencia fresca y emocionante, manteniendo la esencia del juego que apasiona a millones en todo el mundo.
Cuando hay un Mundial...
El roundnet, también conocido por su marca comercial Spikeball, es un deporte emergente que combina aspectos técnicos del voleibol y el tenis en un entorno de 360°, sin lados fijos. Desde su profesionalización en la última década, ha sido adoptado por comunidades deportivas, instituciones educativas y ligas internacionales, gracias a su accesibilidad, formato dinámico y perfil inclusivo.
El roundnet se juega entre dos equipos de dos jugadores. La red circular mide 91 cm de diámetro y se coloca a nivel del suelo. El saque debe realizarse desde una distancia mínima de 1.8 m, y tras el servicio, los jugadores pueden moverse libremente alrededor de la red. Cada equipo dispone de hasta tres toques alternados para golpear la pelota hacia la red, generando una respuesta del equipo rival. Las faltas incluyen doble rebote en la red, o con el marco, o interferencia en el movimiento libre del oponente. Los partidos oficiales se juegan al mejor de 3 sets de 11, 15 o 21 puntos.
Según la International Roundnet Federation (IRF), en 2024 se registraron más de 4 millones de jugadores activos a nivel global, con presencia organizada en más de 50 países. Estados Unidos lidera en infraestructura, seguido por Alemania, Francia, Canadá, Brasil y España. El Campeonato Mundial de Roundnet 2024, realizado en Gran Bretaña, contó con más de 30 naciones participantes y marcó el inicio de una estructura de competencia estandarizada.
El entrenamiento de roundnet incluye componentes físicos (aceleración, agilidad y coordinación), técnicos (control de pelota, precisión en los golpes, lectura de rebotes) y tácticos (posicionamiento angular, comunicación en duplas y cobertura del espacio). Varias academias incorporan ejercicios de reacción, simulaciones de juego real y análisis de video para optimizar el rendimiento.
En España ya hay 16 clubes inscritos en la asociación, repartidos por toda la geografía, aunque es Andalucía la que se lleva la palma. Marcos Campos en hombres y Helena Molina, en mujeres, encabezan el ránking nacional.
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