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En Wembley, con el alma agitada y los sueños en carne viva, un joven de 19 años vivió el inicio de una historia que, para muchos, ya tiene aroma a leyenda. Claudio Echeverri, el chico de las gambetas pícaras y la mirada encendida, debutó con el Manchester City nada menos que en la final de la FA Cup. Y aunque apenas fueron 14 minutos, bastaron para que el fútbol supiera que algo especial acaba de empezar.
Entró con toda la historia entera de River Plate en sus espaldas, el "Semillero de Campeones" que parió a Gonzalo Montiel, Enzo Fernández, Julián Álvarez... y ahora, al "Diablito". Dejó dos pinceladas que casi terminan en gol, pero al final del partido rompió en llanto. Pep Guardiola se acercó, lo abrazó y le susurró algo al oído. Nadie lo escuchó, pero todos lo sintieron: una promesa se está haciendo hombre en uno de los templos del fútbol moderno.
El largo camino de Claudio Echeverri para llegar al Manchester City
Claudio no es un chico común. Es ese tipo de talento que no se puede enseñar. Desde que lo vieron bailar con la pelota en las canchas de Resistencia, en el Chaco argentino, supieron que había nacido para algo más. Su nombre empezó a sonar en torneos juveniles, se convirtió en figura de la Selección Sub-17 y luego explotó en la Primera de River con la frescura de quien juega como si aún estuviera en el potrero.
El City lo fichó por 18 millones de euros, más 9 en variables. Una inversión que no solo habla de su potencial, sino del deseo urgente de Pep Guardiola de moldear esta joya a su manera. Y no está solo: tras su debut, Bernardo Silva y Phil Foden no escatimaron elogios. "Tiene algo distinto", dijeron. Y lo tiene. Esa capacidad para desaparecer entre líneas, para pensar más rápido que los demás, para hacer del pase una obra de arte.
El "Diablito" una joya formada por River Plate
River Plate lo formó con amor, disciplina y visión. Como lo dijo Stéfano Di Carlo, vicepresidente del club: "Tiene todas las condiciones para adaptarse a cualquier exigencia táctica y triunfar en el Manchester City". Ahora, en la Premier League, lo espera un mundo que ya lo mira con atención. Porque cuando el talento se combina con humildad, el resultado puede ser inolvidable.
Y Claudio, el "Diablito", está apenas escribiendo el primer capítulo de su nueva vida en el cielo celeste de Manchester. Nosotras, expectantes. Porque cuando Guardiola se detiene a consolar a alguien... es porque sabe que acaba de encontrar oro.
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