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Jorge Martín firmó dos segundos en el Sprint y la carrera larga del Gran Premio de la Emilia-Romagna. El de Prima Pramac pudo ganar en ambas citas, pero al final se quedó sin llevarse el máximo botín por dos motivos muy diferentes. El sábado se despistó al recibir un mensaje en la pantalla de su moto. Eso lo aprovechó Pecco Bagnaia para adelantarle. Y el domingo Enea Bastianini le pasó en el último giro con una polémica maniobra.
Hasta ahí, la sinopsis del fin de semana de Martinator en Misano 2. Pero hubo una anécdota que no ha pasado inadvertida. El competidor de San Sebastián de los Reyes sufrió de lo lindo durante el Sprint al tener el cabello demasiado largo. Al final de la prueba corta se le empezó a meter el flequillo en los ojos dificultando su visión. Y dio igual que llevara una banda para sujetárselo. No hubo manera. Así que el '89' tuvo que tomar cartas en el asunto de forma urgente.
Rapado al cero como Romagnoli
El mismo sábado se lanzó a la desesperada búsqueda de un peluquero. En DAZN captaron el momento en el que Martín desvelaba su su perentorio deseo. "Necesito que venga alguien a cortarme el pelo. En las dos últimas vueltas ya no veía nada. Tengo que raparme al cero como (Daniele) Romagnoli (el jefe de mecánicos de Jorge Martín en el Prima Pramac Racing). Es que salió el aviso de track limits y estaba que no veía", indicaba.
Luego comentó el problema con La Bestia. "¿Conoces algún peluquero cerca? Tengo que cortarme pelo urgentemente", inquiría Jorge a Bastianini. "Conozco el mío. ¿De verdad se te mete en los ojos? ¿No tienes una cinta", le replicaba Bastianini. Y Martín soltaba: "Llevo dos. Se cae hacia los ojos y no hay manera. Me voy a rapar al cero". A eso contestaba con particular gracejo un Bastianini que se estaba riendo con la revelación. "Para raparte a cero no necesitas a un barbero", le decía.
Más tarde, Martín ya confesaba que había solucionado su contratiempo. "Ya me lo he cortado al fin. Ayer se me metía en los ojos durante el Sprint, así que se acabó ese problema. Se acabó el modelo ya", soltaba aliviado delante de Claudio Domenicali, CEO de Ducati.
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