A veces da la impresión de que Verstappen es como un adulto contra juveniles. Hoy en la salida se deshizo en la misma maniobra de Russell, el poleman, y del ataque de Norris. Sin poner una rueda fuera de sitio, ni siquiera sacar un codo. Como el león que da un coletazo a la mosca.
En las dos resalidas por coches de seguridad, más de lo mismo, ni sudar con Lando, una seguridad insultante, mientras su supuesto rival por el título caía presa de los nervios y sanciones por no ralentizar con banderas amarillas. Hay que disparar con más armamento para derribar a un tipo de mármol como Max.
Norris regaló 'maravillosamente' la victoria a Piastri el sábado. Tras la pifia de Brasil, necesitaba hacer algo así molón y al final regaló un punto. Resulta que el KO de hoy por la sanción, le deja con Leclerc a ocho puntos y el título de subcampeón en el alero. Con el mejor coche de mitad de año acabar tercero sería una primorosa definición de su temporada.
Bueno, ya eran muchas carreras aguantando la lava subir, que no es fácil, y en apenas 10 hoy a Fernando ya le han salido algunos sapos y culebras. No es fácil verse adelantado por Haas y Alpine y que alguien piense que es por el piloto. El mosqueo con las prestaciones del AMR-24 ha sido ya indisimulable y le ha tocado quejarse en la radio y dar a conocer que el coche es un bodrio, básicamente.
"Esto es increíble chicos, llevamos dos años con el mismo p*** (se supone que puto, ya que la FIA lo corta) problema en las rectas", ha dicho con evidente disgusto el español en la radio, con el DRS abierto en el Aston pero sin poder atacar a nadie. "Nuestra velocidad punta es... es preocupante", decía pocos minutos antes. Que cada palo aguante su vela.
Con todo, entre las sanciones, los pinchazos y su inigualable talento para sacar petróleo (la pasada a Magnussen en el pit lane es para enmarcar) aún se subió al séptimo, porque tiene esa cosa que vale tanto dinero, que siempre está por encima de su coche.
El debut del nuevo director de carrera, Rui Marques (sustituyendo a Niels Wittich), no pudo ser más desafortunado al no parar la carrera con un espejo retrovisor en medio de la pista, además de otras piezas menores que presumiblemente causaron cortes en los ya desgastados neumáticos de Hamilton y Sainz, que tuvieron que parar y perdieron tiempo. El primero regresó 16º y el segundo 8º, tras una parada de 10 segundos, tremendo.
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