- Lewis Hamilton "Es el único que puede con Verstappen"
- Programa Horarios del GP de Qatar 2024 de F1
- Fórmula 1 Libres F1, en directo
Pocas cosas le faltan por probar a Lewis Hamilton en esta vida a sus 39 años de edad. Una de las experiencias que le faltaban por vivir al siete veces campeón del mundo era sentir lo que siente un astronauta. Además, este era uno de los sueños que tenía de niño, y aunque esta es la segunda ocasión en la que completa una actividad similar, lo ha disfrutado como si fuese la primera. Para esto, el británico se ha subido a un jet L-93 Albatros, el avión que utilizan para los entrenamientos los futuros astronautas.
A menudo está sometido a situaciones extremas, pero siempre montado en su monoplaza de Mercedes, que el año que viene pasará a ser rojo Ferrari. Pero, en esta ocasión ha tenido que salir de su zona de confort para experimentar otra situación límite, pero que es muy diferente a lo que él está acostumbrado. Gracias a una colaboración con la marca de relojes ' IWC Watches', ha cumplido una ilusión que el '44' tenía desde que era pequeño.
Una experiencia extrema
Obviamente, Lewis se mostró muy feliz tras completar esta actividad, pues había hecho sonreír a su niño interior. "Esto es épico. Cuando era niño, lo único que quería era ser astronauta o piloto de carreras. Así que, en un día como hoy, es como vivir ese otro pedacito de sueño", comentó tras su viaje. El inglés se decidió por la profesión de piloto de F1, y mal no le ha ido, pero no le habría importando cambiarla si esto le hubiese supuesto viajar por el espacio.
La experiencia de este entrenamiento, dejó al de Mercedes asombrado por las vistas y por todo lo que estaba viviendo mientras atravesaba las nubes. "Estoy entusiasmado. En primer lugar, qué experiencia. Qué oportunidad de subirme a uno de estos. Por suerte, es la segunda vez que tengo la oportunidad de hacerlo. Pero es cómo subir a la montaña rusa más increíble. Te sientes cómo si estuvieras flotando entre las nubes. Es bastante único. Y bajamos y pasamos por la pista, lo cual fue una locura. Estábamos muy cerca de la pista y luego tiramos del joystick hacia atrás, despegamos y subimos. Eso fue increíble", declaró al bajar.
Algo a lo que está más que familiarizado Hamilton es a ponerse el casco y montarse en un vehículo para ir a una gran velocidad, pero en esta ocasión no era su casco ni iba a estar pegado al asfalto. Pocas cosas sorprenden a los pilotos de F1, pero la exigencia de un entrenamiento de este calibre es una de estas cosas: "La fuerza G es muy diferente a la de la Fórmula 1. Quiero decir, en la F1, no llegamos lo suficientemente rápido como para desmayarnos y la sangre nunca abandona la cabeza. Mientras que aquí, cuando te inclinas y giras, realmente sientes como la sangre abandona tu cuerpo. El pecho se pone muy pesado y es muy difícil respirar en ese momento y muy difícil quedarse quieto. Tienes que mantener el cuerpo y las piernas tensos y mantenerte despierto". Y es que, en este caza alcanzó un máximo de 7,5G, eso sí, con una sonrisa de oreja a oreja constante.
Comentarios