MOTOR
GP Bahrein

Max prende el volcán

Después de la gloria de Suzuka, las malas prestaciones del RB21 en Bahrain han provocado una crisis en Red Bull que puede terminar con el holandés en Mercedes. Ni las paradas les salieron

Max Verstappen, en Sakhir.
Max Verstappen, en Sakhir.EFE
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Existen dos Fórmulas 1. La de lunes a jueves. Profundamente moña. Esa que gusta tanto a los nuevos fans, la de pilotos jugando al ajedrez, mini golf, pádel, intercambiando sonrisas en la fan zone... Todo es guay y de colores. Fotos y vídeos que inundan Instagram. Fórmula arcoíris. La cena de los pilotos, el bigote de Bottas, los ojos de Charles... El otro día lo decía Juan Pablo Montoya: "Ahora se llevan demasiado bien, y no puedes ser igual de agresivo con un piloto con el que sales a cenar. Son todos amigos. Yo me hablaba con Alonso y Barrichello, nada más".

Y luego está la del gran premio. La de verdad. Riesgo y lágrimas. Esa en la que Jack Doohan sale ileso de un accidente a 300 km/h. Y no, no intentaba dar la curva uno de Suzuka a fondo como se ha rumoreado. Frenó, pero el alerón no se cerró. No intentaba hacer una locura porque lo había visto en el simulador. El domingo, el australiano necesitó la ayuda de su compañero Gasly para salir del coche. Estaba roto de los dolores en su muñeca. Fue un fin de semana en el que demostró ser un valiente, salió caminando de un coche convertido en amasijo de hierros y logró competir superando una violenta colisión de 51 veces la fuerza de la gravedad.

Bahréin da buenas carreras

En ese contexto de velocidad, ruido y furia... El minusvalorado circuito de Sakhir dejó claro una vez más porque es mejor para hacer carreras que otras catedrales como Suzuka o Spa. Esto nos permitió disfrutar de la llegada a tres de Norris con los dos Ferrari a la primera curva. Un intento de adelantamiento de Lando a Leclerc que terminó sin embargo, con Hamilton pasando al piloto de McLaren. Tampoco estuvo nada mal la defensa en inferioridad de condiciones de Sainz contra Lewis o Verstappen. Con riesgo y sin dejar sitio. Y que terminó con un mensaje de radio impropio del holandés: "Me ha sacado fuera, no me ha dejado espacio". Que lo diga él tiene su gracia.

Al final, la F1 es frenar como un poseso para pasar a un Red Bull, como hizo Sainz. Aunque luego Yuki pierda el coche, le haga un agujero en el pontón y arruine su carrera. Pero mejor eso que no intentarlo. También fueron memorables las últimas vueltas con Lando intentando pasar por el segundo puesto a Russell. Gran defensa del británico de Mercedes, y demasiada reiteración con el movimiento de ir por fuera por parte del piloto naranja: "No sé si es un problema mío o del coche, pero no he estado bien en todo el fin de semana". El tercer clasificado de la F2 que ganó George recuerda cada día más en el cuerpo a cuerpo al peor Vettel.

Motivos para seguir la F1

Es una maravilla ver la solidez actual de Leclerc, los milagros de los sábados de Alonso, o el precioso adelantamiento de Antonelli a Verstappen. Motivos todos para no apagar la televisión. Personajes con historias que contar dentro y fuera de la pista. Lo más visto en pago después del partido del Real Madrid. Por algo será...

Y esto nos lleva a la última vuelta del rey de la F1 actual. Sexto con un adelantamiento por fuera tan arriesgado como estético a Gasly. "No funcionaba nada en mi coche. Hemos estado luchando con la clase media, donde no debemos estar. Ahora no lucho por el título, sólo participo en el Mundial", sentencia Max. Ni las paradas les salieron bien. Una tradicional especialidad de un equipo que camina ahora hacia el abismo.

La catarsis azul

Red Bull implosionó después de la carrera. Raymond Vermeulen, mánager de la estrella holandesa, discutió airadamente con Helmut Marko delante de las televisiones. A continuación, el austriaco le dijo a Sky que temía por la continuidad de su piloto estrella vestido de azul si no lograban mejorar el coche. Y asistió a una cumbre de urgencia en el circuito con Christian Horner y la cúpula técnica. Ahí estaba el jefe de todo lo que pasa en pista, Paul Monaghan, y el director técnico y padre del RB21, Pierre Wache. El ingeniero francés ha cambiado sus planes de ir a Arabia, y se ha marchado directo a la fábrica de Milton Keynes para vigilar el plan de evoluciones.

¿Cumplirá esta vez con su amenaza? Verstappen se enfada y su entorno enciende el volcán. Russell no ha renovado aún con Mercedes y el piloto holandés piensa que batiría a los McLaren vestido de plata. Todo este ruido viene acompañado con los rumores respecto al motor que el equipo anglo-alemán está preparando para 2026. En el 'paddock' se cree que, como pasara en 2014, han preparado una bomba. Y la posición contra el actual reglamento de Red Bull y Ferrari deja más dudas en el aire. Honda es una incógnita. De Audi se dice que van justitos. La pista dirá, pero antes nosotros tendremos que analizar las señales. Si George no renueva es porque el agua se aleja de la orilla. Un tsunami de verano...

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