El himno del Arrebato ha sonado más solo que nunca esta tarde en el Sánchez-Pizjuán. Miles de aficionados han secundado la iniciativa movida en las redes en los últimos días y no han entrado al estadio en la primera parte del partido que están disputando el Sevilla y el Real Madrid como muestra de protesta contra la directiva.
El Sevilla, de forma excepcional, ha dejado las puertas abiertas durante todo este tiempo para permitir después en la segunda parte el de aquellos aficionados que están fuera del feudo nervionense entonando cánticos contra los actuales dirigentes como viene siendo habitual durante toda la temporada. El divorcio entre la grada y el palco es total.
Con la permanencia en el bolsillo tras ganar a Las Palmas el pasado martes y la posterior victoria del Villarreal ante el Leganés, la afición, que respondió como siempre en la 'final' ante el cuadro insular, ha aprovechado el último partido en casa de la temporada para volver a mostrar su descontento en otro curso para olvidar.
Busquets Ferrer tuvo que detener el encuentro en el minuto 67 por el lanzamiento de globos amarillos desde la grada de Gol Norte principalmente.De nuevo cánticos de 'Junior, vete ya' retumbaron en el estadio sevillista.
El clima de crispación en el entorno del Sevilla ha ido in crescendo en el último mes de competición. El fantasma del descenso se veía demasiado cerca para un equipo incapaz de reaccionar. En el regreso de la expedición nervionense tras la derrota en Vigo hace ocho días se vivieron momentos de máxima tensión en la ciudad deportiva. Los jugadores tuvieron que dormir allí. Hace unos días apareció colgado un muñeco con una bufanda en un puente en la capital hispalense acompañado de una amenaza al presidente José María del Nido Carrasco: "Junior, este será tu final".
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