El Sevilla es una olla a presión. La derrota en Vigo (3-2) frente al Celta ha crispado todavía más si cabe los nervios de una aficiónque ve cómo su equipo es incapaz de remontar a falta de tres jornadas y el descenso acecha. El partido del próximo martes en el Sánchez-Pizjuán frente a Las Palmas es crucial. Algunos aficionados se dieron cita en el aeropuerto de San Pablo para recriminar a la plantilla y a los dirigentes su gestión, pero la expedición abandonó el aeródromo prácticamente de 'incógnito'. Los momentos de máxima tensión se han vivido en la ciudad deportiva José Ramón Cisneros Palacios, donde aguardaban varios centenares de sevillistas.
El autobús llegaba a las instalaciones en Montequinto protegido por una gran presencia de las fuerzas de seguridad del estado -Policía Nacional y Guardia Civil-, teniendo que cargar ante los hinchas -disparando sus pistolas de bolas al aire-, que recibieron al equipo con insultos y lanzamientos de huevos.
Con cánticos especialmente en contra del presidente -"Júnior muérete", "Súbeme el carnet" y "Directiva dimisión"- los aficionados no abandonaron la zona esperando a la salida de los jugadores en sus vehículos particulares. Un grupo se abalanzó sobre una valla que da entrada a la instalación, derribándola para intentar adentrarse en la misma.
El primer equipo nervionense durmió en la ciudad deportiva. El Sevilla está a seis puntos de Las Palmas con nueve por disputar.
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