- Sevilla. El Sevilla, a Vigo con cinco bajas
Jesús Mora Nieto (Sevilla; 1978), más conocido como Jesuli, disputó en el Sevilla seis temporadas, divididas en dos etapas radicalmente opuestas. En la primera era muy joven y le tocó lidiar con una situación crítica a nivel institucional y deportivo, mientras que en la segunda participó en la época más gloriosa del club. Entre medias formó parte del mejor Celta de la historia durante cuatro años. Ha vivido tanto la parte más amable como la más amarga del fútbol, ya que sabe lo que es conquistar títulos y jugar la Liga de Campeones, pero también ha sufrido el infierno de las lesiones y los descensos de categoría. Eso sí, siempre ha afrontado todo con alegría y optimismo. En la previa del duelo entre Celta y Sevilla, nos atiende con franqueza y simpatía.
Pregunta. ¿Cómo está? ¿Qué tal la vida después del fútbol?
Respuesta. Estamos bien. Seguimos viviendo y disfrutando de otra forma diferente. El fútbol es algo que te deja marcado para siempre, pero tiene el tiempo contado y eso hay que saberlo. Después se puede seguir haciendo muchas cosas dentro del fútbol, pero yo decidí tirar por otros sitios y me va bien. Estoy viviendo entre Madrid y Sevilla, donde tengo a mi hija. Buscándose uno la vida de buenas maneras.
P. ¿Sigue manteniendo muchas amistades de tu etapa como futbolista?
R. Siempre mantienes os en el fútbol como en la vida, y más cuando hay tantos jugadores y tanta gente compartiendo vestuario, hoteles, viajes… te deja muchos amigos, lo que pasa que el fútbol es un deporte tan abierto que hay gente muy afuera y pierdes muchos os. Normalmente, cuando te retiras te encuentras jugadores que no has conocido, pero con los que has coincidido y te has enfrentado, y ahí también nacen amistades.
P. En tus primeros años como profesional le tocó una época compleja en el Sevilla.
R. El mundo del fútbol maneja una chispa de suerte y también según cómo esté el club. Debuté en la temporada 1996-97, que el equipo estaba ya descendido con Julián Rubio, y al año siguiente en Segunda División fue difícil. Pero no me puedo quejar, disfruté tanto en Segunda como en Primera porque era un niño y jugar en el Sevilla era mi sueño. Las circunstancias me llevaron al Celta porque pagó mil millones de pesetas por mí y el Sevilla no tenía capacidad de retenerme. En Vigo aprendí bastante. Estuve en una entidad que era fuerte, jugaba competiciones europeas y tenía jugadores súper importantes, hasta que se puso la cosa otra vez mal. Como la vida, el fútbol da muchas vueltas y tuve la oportunidad de volver al Sevilla y disfrutar de todo lo que un sevillista quiere, que es ganar títulos. Las lesiones me impidieron disfrutar más en el campo, pero viví los mejores años del Sevilla. El fútbol es maravilloso.
Disfruté tanto en Segunda como en Primera porque era un niño y jugar en el Sevilla era mi sueño
P. ¿Cómo vivió toda esa irrupción?
R. Lo manejé bien porque soy una persona muy tranquila, sabía lo que quería. Cuando eres joven piensas en lo que más te gusta, que es el fútbol, y no tuve problemas en llevarlo.
P. En aquel Sevilla los canteranos tuvieron que asumir mucha responsabilidad. No sé si le recuerda a la situación actual. ¿Es posible abstraerse del entorno y la presión de la grada en un contexto así?
R. Sí que me recuerda. No es tan difícil cuando eres canterano porque la afición no es estúpida y sabe que es al que más hay que ayudar. Lo complicado es volver, costar dinero y crear otras expectativas. La gente de fuera es a la primera a la que señalan. La mente pasa por un momento complicado cuando los resultados no salen. Ha habido equipos este año que han empezado súper mal y ahora están maravillosamente con jugadores canteranos, como Valencia y Espanyol, que están casi en la misma situación que el Sevilla. Ellos han sumado en varios partidos seguidos y eso te da la vida. Nosotros no nos podemos quejar porque tenemos una historia grande, lo que sí nos hace falta es aire puro y fresco como son los canteranos, que hagan buenos partidos para estar muchos años en la élite. Quedan varios partidos y entre la afición, los jugadores y el sevillismo lo vamos a conseguir.
P. ¿Por qué está costando tanto ganar en el Pizjuán?
R. Por la presión que exige el sevillismo y la entidad durante todos estos años. Desde el 2000, el Sevilla ha subido mucho de escalafón y categoría, pero es que el fútbol y la vida son así, no se puede disfrutar constantemente, sería muy aburrido. Ahora hay que intentar defender el escudo y apoyar a los chavales que sientan el sevillismo para que la situación mejore y poco a poco vayamos disfrutando como antes.
Hay que intentar defender el escudo y apoyar a los chavales que sientan el sevillismo
P. ¿Qué sintió cuando le traspasaron en el año 2000?
R. Todo el mundo sabe que me tuve que ir por las circunstancias, tanto yo como Carlos Marchena. Carlos se fue al Benfica y yo me fui al Celta. Los dos no nos queríamos ir porque queríamos estar con el equipo y con el míster, que en ese momento era Joaquín Caparrós, pero lo viví con tristeza. Cuando uno es joven lo que quiere es triunfar en su club. Disfruté mucho en Vigo, hice una temporada magnífica y fueron años maravillosos. Después se me dio la oportunidad de volver y con eso me quedo. En el fútbol nunca se sabe dónde uno va a acabar.
P. Estuvo en el mejor Celta de la historia con jugadores que son leyendas del club. ¿Le resultó difícil adaptarse a ese equipo tan competitivo?
R. Tuve la suerte de caer en el mejor momento histórico. Las adaptaciones siempre son difíciles, pero caí con muchas ganas porque iba como una moto, imparable. Y con Edú, que firmó el mismo año conmigo y teníamos prácticamente la misma edad, nos pusimos las pilas. Aunque había auténticos cracks como Karpin, Gustavo López, Mostovói, Benni McCarthy, Savo Milosevic... sabíamos que teníamos la capacidad de poder doblegar toda esta situación y la verdad es que la rompimos.
P. Me gustaría que me hablara sobre la gestión de pasar de jugar varias veces seguidas en Europa, incluso la Champions, a un descenso tan duro en solo un año.
R. El fútbol es así de complicado. Mira este año el Girona, que el año pasado se metió en Champions y lo está pasando mal. Las temporadas son muy largas y más cuando tienes que jugar una competición tan dura. En este caso la Champions está hecha para equipos grandes con poderío económico porque es lo que te da aire. El Madrid o el Barcelona son grandes por historia, pero no es lo mismo lo que les entra a ellos que lo que les entra a los demás. Es difícil cuando una entidad no está acostumbrada a competiciones tan grandes. El desgaste es superior y se abandona un poco la Liga. Pero bueno, son experiencias y yo intenté aprender de eso.
P. Después de algunas temporadas irregulares del Celta, ¿Qué le parece este proyecto con Giráldez y tanta gente de la casa?
R. Giráldez se ve un entrenador que sabe lo que quiere, joven y parece que sabe llevar el grupo. Y como también venía del segundo equipo, conoce a los chavales que están saliendo ahora, que además hay una gran camada. Cuando hay jugadores de abajo y entrenadores que conocen la cantera y el club, y encima hay jugadores grandes, la fusión de juventud con veteranía siempre es muy importante. Creo que estos años que vienen van a ser importantes para el Celta, lo están haciendo muy bien y se lo merecen.
P. Joaquín Caparrós fue uno de los grandes valedores de su vuelta al Sevilla. ¿Cómo era trabajar con él y cuál es la enseñanza que más le marcó?
R. ¿Qué se puede decir de Joaquín? Es historia viva del sevillismo. De él viene todo lo bueno que ha venido y hay que ser agradecido. Yo no puedo decir nada más que cosas buenas de él como persona y por cómo vive el fútbol y el sevillismo. No va a nacer otro como Joaquín Caparrós. A mí me ayudó mucho, fue un maestro y uno de mis padres futbolísticos, aunque estuve poco tiempo con él por circunstancias del fútbol. Es puro sevillismo y pura historia.
No va a nacer otro como Joaquín Caparrós, es puro sevillismo y pura historia
P. ¿Qué tal está viendo su nueva etapa en el banquillo?
R. La nueva etapa de Joaquín es circunstancial, es muy difícil. Los entrenadores necesitan un periodo de tiempo. Es muy difícil coger un equipo ya terminando la temporada en un estado complicado y quedando siete partidos. Tenemos que valorarlo tal como es, que es gana, ímpetu y sabiduría, eso es lo que le estará dando al vestuario. Él es el número uno, lo mejor que hemos podido ahora mismo tener.
P. Para un sevillista, ¿Cómo fue la experiencia de vivir el año del centenario desde dentro y convivir con ese vestuario? ¿Quiénes le sorprendieron más?
R. Lo viví magnífico. Por eso volví también, por el centenario, porque me sentía sevillista y porque me había ido sin quererme ir. De ahí empezamos a tener historia en el club, pudimos conseguir cosas muy importantes y tuvimos jugadores impresionantes. La gente del Sevilla en ese momento vivió lo mejor de las dos últimas décadas porque ese equipo era impresionante: Kanouté, Luís Fabiano, Dani Alves, un tiempo Sergio Ramos, Jesusito Navas o Antonio Puerta, que en paz descanse, que nos dio el empujón al principio de todo lo que vino. Eran todos de un enorme potencial futbolístico.
P. Fueron los inicios de un ciclo ganador que ha durado casi dos décadas. ¿Por qué cree que el Sevilla ha pegado este bajón competitivo en apenas un par de años?
R. Es que esto es muy difícil. En mi época mandaban Deportivo de La Coruña y Madrid, y después el Valencia y mira cómo está. El Betis ha estado donde ha estado cuando nosotros estuvimos arriba y ahora ellos están ahí. El fútbol es así afortunadamente. Hay que disfrutar los buenos momentos, intentar cada año hacer un equipo competitivo para tener la suerte de que lo acompañen logros importantes. Este año nos ha tocado estar así, no se le puede echar la culpa dentro del campo a nadie, pero si desde el principio se hacen las cosas mejor, todo va a ir mejor. Creo que poco a poco saldremos y disfrutaremos de lo que es el Sevilla, un club espectacular, de los más grandes que hay en el mundo.
P. ¿Qué diría que significa el fútbol para la ciudad de Sevilla?
R. En Sevilla vivimos las pequeñas cosas como si fueran algo grandioso, es la manera de vivir, la forma de ser que nos han enseñado nuestros padres, nuestros abuelos, nuestra gente. Por eso la ciudad es lo que es con sus ferias y su Semana Santa. Al fin y al cabo, tanto Sevilla como Betis somos sevillanos. El que no tiene un abuelo bético tiene un primo sevillista. Es lo bonito que tiene Sevilla y cómo lo vivimos. El carácter que tenemos no lo va a tener nadie en la vida y de esa forma vivimos el fútbol. Y por eso el Sevilla y el fútbol sevillano son tan grandes. Esperemos que intentemos siempre mantenerlo como parte de nuestra cultura, igual que la feria, la Semana Santa y los toros. Creo que vivimos una pasión totalmente diferente a cualquier parte del mundo.
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