La vida es tan buena maestra que si no aprendes la lección, te la repite. "Si defiendes bien, hay más probabilidades de ganar", aseguró Carlo Ancelotti en la víspera del clásico en Yeda. Sus hombres aterrizaron en la final de la Supercopa de España con el recuerdo del 0-4 recibido en el Bernabéu en el primer Clásico de la temporada y con la idea de seguir sumando títulos en la búsqueda del primer septete de la historia del deporte. Sin embargo, el Madrid volvió a tropezar con la misma piedra ante un equipo que cumple a rajatabla con el minucioso plan de Hansi Flick. Nueve goles en dos partidos son argumentos más que sólidos para soñar con un nuevo trofeo... a la espera de averiguar cómo de grande será la osadía blanca para tratar de darle la vuelta a una situación límite.
El Barça, con un juego consolidado y gran pegada, llega con la vitola de favorito para muchos. El Madrid, con más sufrimiento y la constante necesidad del brillo individual, apela a su histórica capacidad para imponerse en escenarios límite tras la debacle en Champions. Así las cosas, la duda en el bando blanco apunta más a los futbolistas elegidos para completar el once que al sistema de juego: un centro del campo reforzado para contener el empuje del rival o uno más ofensivo con la presencia, otra vez, de la BMVR. Varias incógnitas que tendrán que hacer frente a los errores cometidos en los dos últimos Clásicos.
La búsqueda del hombre libre... y un partido que llevó al engaño
Los problemas del Madrid en la elaboración de la jugada son una tónica que se viene repitiendo a lo largo de toda la temporada. Solo Luka Modric, bajo el control de minutos de Ancelotti, y Dani Ceballos, han sido capaces de controlar y dirigir el juego con la calidad necesaria. Ahora, ante un rival que busca siempre imprimir velocidad a la pelota y, sobre todo, presionar con buena medición, el Madrid deberá encontrar más que nunca al jugador libre que pueda recibir el balón en situaciones de presión defensiva del rival.
Aprovechar cualquier despiste o mala posición para tratar de penalizar al rival obligándole a recoger líneas en su intento de frenar las cabalgadas del frente de ataque blanco. Si este precepto se cumple, le tocará a Mbappé y Vinicius (y Rodrygo si juega) decidir bien el momento exacto de la arrancada para no caer en el precipicio llamado fuera de juego. Una trampa en la que cayó el francés hasta en 9 ocasiones en el primer Clásico de la temporada. Aquella noche el Madrid consiguió descifrar el entramado defensivo azulgrana, que daba sus primeros pasos tras la llegada del entrenador alemán, pese a la abultada derrota (0-4). Ocasiones que se fueron al limbo ante la efectividad del ataque del Barça que no dejó escapar la posibilidad de endosar una goleada al eterno rival. Un partido que acabó llevando a los de Carlo a un engaño antes de encarar el segundo Clásico... que acabó costando un título y un golpe anímico que se tardó en superar.
Un plan de juego diferente
"No somos un equipo equilibrado, pero tenemos mucha calidad arriba", confesó Carlo Ancelotti antes de explicar que aunque el Madrid salga de inicio con un 4-4-2... todo puede variar dependiendo de los futbolistas. Sin embargo, la falta de ideas frente al Arsenal en la dura eliminación de Champions terminó haciendo un daño casi irreparable en un vestuario que ha perdido el rumbo futbolístico tras la retirada de Kroos. "Metimos muchos centros pero este año no tenemos un Joselu, un delantero nato", explicó Courtois sobre un problema que el Madrid no ha conseguido solucionar.
A la demanda de la afición blanca de meter un cuarto centrocampista para darle más fuerza al centro del campo, el italiano siempre ha respondido lo mismo. El equilibrio no se consigue de esta manera, sino con más esfuerzo colectivo para que las piezas encajen a la perfección. El primer partido dejó por el camino una línea muy marcada que terminó explotando en la Supercopa con un equipo hundido mentalmente y físicamente. Del partido del Bernabéu, con muchas ocasiones para haberse puesto por delante en la primera parte, a una final en la que el Madrid se vio superado por la presión y el juego azulgrana. De perder la posesión del balón, los de Carlo deben encontrar otra fórmula para tratar de hacer daño al rival... sin depender únicamente de los coletazos de calidad de sus hombres de ataque. Para ello, figuras como Ceballos, Modric y Bellingham se antojan clave para encontrar una idea de juego eficaz. "Hemos cambiado un poco la idea de juego y nos cuesta encontrar el equilibrio", sentenció el italiano.
La necesidad de una mejora defensiva
A la más que evidente falta de puntería... esta temporada se le ha sumado también una todavía más preocupante solidez defensiva. "No defendemos bien, no estamos compactos. Tenemos que ser más ordenados. Hemos encajado muchos goles porque nos faltaba solidez", explicó Carlo ante los problemas que está sufriendo su equipo en una temporada en la que parece que se ha decidido apostar todo a las individualidades.
El equipo no termina de estar organizado y carece de plan a la hora de recuperar el balón. Y con un primer partido que dejó muchos fallos de cara a puerta, lo que acabó hundiendo al Madrid fueron los errores en defensa. Lewandowski disfrutó en medio de la parsimonia defensiva para firmar un doblete... aunque acabaría quedándose corto con lo visto en la final de la Supercopa de España. Tchouaméni regaló uno de los tantos tras un fallo en la salida de balón, Camavinga cometió un penalti absurdo y de un 'gili-córner' a favor llegaría una contra letal que terminaría destruyendo el sueño del septete. Así las cosas, el resurgir blanco, como ha confesado Carlo por activa y por pasiva, pasa por cerrar filas en defensa para neutralizar un ataque azulgrana que no contará con el pichichi de LaLiga (25).
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