Se va a jugar". Así de contundente se mostró Rafael Louzán, presidente de la RFEF, antes de la cena oficial previa a la final de la Copa del Rey, a la que el Madrid no se presentó, en el Real Alcázar de Sevilla. Antes, no dudó en echar balones fuera sobre la petición del club blanco a un cambio en la designación arbitral para el Clásico: "Yo soy presidente de la RFEF, esto es un tema del CTA... por lo que evidentemente no voy a entrar en este tema porque hoy tenemos que disfrutar del trabajo de estos días".
"Hay miles de aficionados aquí en Sevilla y millones de personas en todo el mundo que quieren ver esta gran final. Apelo a la responsabilidad y a la tranquilidad de todos para que todo salga bien", explicó antes de asegurar que ya había hablado con el club blanco tras la polémica rueda de prensa de los árbitros. "He hablado con el Madrid, apelo al sentido común y a la responsabilidad. Cada uno sabe lo que tiene que hacer. Vamos a trabajar en lo que estamos haciendo porque, como saben, desde que he llegado me he ocupado en este tema para crear una comisión, en la que participa también el Madrid, para tener de cara al próximo año un órgano de trabajo donde participe de manera activa todos los actores del fútbol", finalizó antes de lanzar un último mensaje de tranquilidad para el aficionado.
"Claro que sí se va a jugar, espero que mañana veamos un gran partido", lanzó ante la insistencia de la prensa tras presenciar uno de los días más surrealistas de la historia reciente del fútbol español.
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