- Directo: Real Madrid - Arsenal
En el verano de 2005, el Real Madrid apostó fuerte por una de las sensaciones de LaLiga: Julio Baptista. Venía de reventar redes en el Sevilla —50 goles en 84 partidos— y su fichaje por 20 millones de euros generó una ola de entusiasmo en el Bernabéu. Pero lo que prometía ser una historia de éxito acabó siendo un viaje irregular, lleno de altibajos y chispazos sueltos.
Del Madrid al Arsenal: cesión, chispazos y una oportunidad perdida
Con el conjunto hispalense dejó huella: 50 goles en 84 partidos y marcó el gol que devolvió al Sevilla a Europa tras nueve años de ausencia. Pero su primera temporada con los blancos, el brasileño no logró adaptarse ni mostrar el instinto goleador que lo había convertido en ídolo en el Sánchez-Pizjuán.
Le costó encontrar su sitio en el esquema del Madrid y, ante la falta de protagonismo, el club aceptó una cesión al Arsenal. En la operación, José Antonio Reyes tomó el camino inverso hacia Chamartín.
En Londres, Baptista ganó minutos y titularidad en la Premier League. Su potencia física, combinada con una técnica notable y olfato goleador, ayudó a los Gunners a meterse en la Champions.
Cuando quería podía hacer maravillas, como aquel 'poker' de goles que le hizo al Liverpool en la Carling Cup que provocó la ovación de Anfield. Pero no fue suficiente para convencer a Wenger.
Regresó al Madrid tras su año en Inglaterra, con la esperanza de reivindicarse. A lo largo de sus dos etapas en el club blanco sumó 78 partidos y apenas 13 goles.
Real Madrid, Roma, Málaga...
Dejó momentos de calidad con el Madrid, como aquel golazo que definió un Clásico ante el Barcelona, pero nunca alcanzó regularidad. Fue parte del equipo campeón de LaLiga en 2007-08, aunque su futuro ya apuntaba lejos del Bernabéu.
A partir de ahí, su carrera entró en una etapa de continuos cambios. En la Roma pasó tres temporadas y anotó solo 15 goles. Sus virtudes seguían ahí —remates potentes, tiros libres, disparos lejanos—, pero le faltaba continuidad.
En el Málaga vivió algo parecido: chilenas, cabezazos, ovaciones en La Rosaleda… y lesiones que poco a poco empezaron a cerrar el telón de su carrera.
Sus últimos pasos fueron en el Orlando City de la MLS y el Cluj CFR de Rumanía, donde colgó las botas. La potencia de ‘La Bestia’ aún se recuerda, pero siempre quedará la duda de lo que pudo haber sido vestido de blanco.
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