FUTBOL
Real Madrid

Guerra Madrid-Barcelona en Tánger

Heliodoro Castaño, que jugó 17 partidos oficiales con el Madrid y ganó tres Copas de Europa, marcó su primer gol oficial de blanco en Mendizorroza

Castaño, a la derecha, se retira lesionado en un amistoso en  Chamartín.
Castaño, a la derecha, se retira lesionado en un amistoso en Chamartín.ARCHIVO MARCA
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Durante 43 años, desde noviembre de 1955 hasta el mismo mes de 1998, el Real Madrid no pisó Mendizorroza en un partido de Liga. Meses antes, en enero del 98, había jugado allí en la Copa del Rey, en una eliminatoria contra un Alavés que militaba en Segunda. Aquel duelo supuso un seísmo para un Madrid que, pese a sus dificultades en España, acabó conquistando esa temporada la ansiada Séptima Copa de Europa.

El 20 de noviembre de 1955, el Madrid llegó a Vitoria después de haber derrotado al Barcelona en Chamartín la jornada anterior, con un gol de Marquitos en el último minuto. Frente a un Alavés que descendería en la liguilla de ascenso y descenso, el equipo blanco se impuso por 1-3.

El marcador lo abrió Heliodoro Castaño (1933-2019), un delantero que, con solo 17 partidos oficiales con el Real Madrid, logró ser tres veces campeón de Europa y otras dos de Liga. Castaño nació en el norte de Marruecos, en la ciudad de Alcazarquivir, cerca de Larache. Era su primer gol oficial con el Madrid.

El 27 de febrero de 1955, el Granada y el España de Tánger se enfrentaron en Los Cármenes. Allí se presentó José Samitier, secretario técnico del Barcelona, con un objetivo claro: fichar al extremo derecho del equipo norteafricano.

Pero el Barcelona no era el único club que había tenido la idea de viajar a Granada para seguir en directo a un extremo que había cautivado a los cazatalentos. En Los Cármenes también había emisarios del Madrid y del Málaga. La carrera por su fichaje involucraba a cinco equipos, ya que Sevilla y Valencia también andaban detrás del jugador, quien antes de regresar a su tierra natal había pasado por el Mestalla.

Un ‘Clásico’

A pesar del interés múltiple, el fichaje de Castaño quedó en un mano a mano entre Madrid y Barcelona. El equipo catalán se encontró con un escenario cargado de complicaciones. El jugador prefería ir al último campeón de Liga. Y su club se decantaba por un traspaso al Madrid.

Castaño.
Castaño.

Cuando Samitier quiso saber cómo estaba el asunto le contaron que el acuerdo con club de Chamartín no estaba cerrado, pero sí muy avanzado: 750.000 pesetas para el España de Tánger y tres temporadas de contrato para Castaño a razón de 175.000 pesetas por cada una de ellas.

Después del partido ante el Granada, Castaño atendió a MARCA en el hotel de su equipo. El partido le había salido regular. Una sonrisa se le dibujó cuando se le dijo si había sido por los nervios de saberse vigilado por Samitier: “Me lo han dicho después del partido. Sí sabía que había un directivo del Madrid y otro del Málaga para verme jugar”.

Acuerdo en blanco

En la charla, Castaño descubrió lo avanzado de su futuro, porque poco antes se había reunido con el directivo del Madrid. “Por mi parte, sí. Y por las del España, las gestiones para mi traspaso al Madrid están casi formalizadas. Pero todo está pendiente de lo que diga la directiva tangerina, que pone como condición indispensable que yo siga en el equipo hasta el final de la temporada, nos clasifiquemos o no en la Liga”, respondía a la pregunta de si había acuerdo.

Quedaba la intriga de si la aparición de Samitier podía dar un giro a la situación. No fue así. El Madrid mantuvo lo pactado con el sueldo del jugador, y el precio del traspaso quedó en 100.000 pesetas menos para el España.

Aguacero, Garrincha y Partizan

El 25 de abril de 1955, Castaño jugó sus primeros 45 minutos con el Madrid. Fue en Chamartín, en un partido contra el Charlton que terminó 5-3, disputado bajo una intensa lluvia que impidió a la afición blanca juzgar a su nuevo jugador.

El once del Madrid, con Castaño, el primero abajo de izquierda  a derecha, que goleó con dos goles suyos al Partizan el día de Navidad.
El once del Madrid, con Castaño, el primero abajo de izquierda a derecha, que goleó con dos goles suyos al Partizan el día de Navidad.ARCHIVO MARCA

Semanas después, el 15 de mayo, marcó su primer gol con el Madrid. Lo hizo en otro amistoso, esta vez ante el Botafogo (2-2), con Garrincha como rival.

Rodeado de una feroz competencia, el papel de Castaño en el Madrid no fue el que soñaba. Su velocidad (“en Tánger me llamaban el supersónico”) y su buena relación con el gol chocaron con el potencial de un equipo que contaba con figuras como Di Stéfano, Rial y Gento.

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Aun así, conquistó tres veces la Copa de Europa y tuvo su tarde de gloria el 25 de diciembre de 1955. Era la ida de los cuartos de final de la primera Copa de Europa, ante el Partizan de Belgrado, liderado por el astro Milos Milutinovic.

Castaño era un habitual en los planes de Villalonga. A pesar de un brote gripal que afectó al vestuario blanco, el Madrid se impuso por 4-0. Suyos fueron los dos primeros goles, que resultarían fundamentales, ya que en la vuelta en Belgrado el Partizan ganó 3-0.

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