La nueva vida de Nino, la leyenda del Elche que fue protagonista en el último ascenso del club ilicitano

Este domingo, el Elche CF se juega el ascenso a Primera División. Una vez más, la ciudad se detiene, late al ritmo de su equipo y recuerda a quienes forjaron su historia reciente. Y entre todos los nombres que resuenan en la memoria franjiverde, hay uno que nunca falta: Nino. El delantero almeriense, convertido en leyenda ilicitana, dejó un legado imborrable no solo por sus goles, sino por su fidelidad, liderazgo y amor a los colores del club.

Aunque su última gran hazaña sobre el césped se remonta a la temporada 2019-2020, su impacto perdura. Aquella campaña, a sus 39 años, se convirtió en el máximo anotador histórico del Elche, superando una marca que parecía intocable.

Dos goles para la historia

Fue en uno de esos partidos que parecen escritos por el destino. Corría el minuto 85 en el Martínez Valero cuando Nino marcó el tanto número 131 con la camiseta franjiverde, igualando a Pierita, el gran goleador de los años 40 y 50. Apenas dos minutos después, en el 87, volvió a ver portería y dejó el listón en 132 goles, un récord que aún se mantiene.

El estadio, entonces sin público por las restricciones de la pandemia, se habría venido abajo de haber tenido las gradas llenas. Aun así, el simbolismo fue enorme. Nino no solo igualaba una marca legendaria, la superaba con un doblete en los minutos finales.

El gol del ascenso

Pero si hay un momento que los aficionados del Elche guardan con especial cariño de aquel curso 2019-2020, es el del partido de vuelta de la semifinal del playoff de ascenso ante el Real Zaragoza. En La Romareda, con el marcador igualado y el equipo necesitando un gol que lo acercara al sueño del regreso a Primera, apareció Nino.

Fue un gol de los suyos: instinto, colocación y definición. Un remate cruzado que supuso el 0-1 definitivo y desató la locura en todo Elche. Ese tanto abrió el camino para que el equipo acabara superando en la final al Girona y consumara un ascenso histórico en plena pandemia. Un ascenso que, para muchos, no se entiende sin la figura de Nino.

Un emblema de Segunda

Más allá del Elche, la carrera de Juan Francisco Martínez Modesto, “Nino”, está escrita con letras de oro en el fútbol español. En total, disputó 571 partidos en Segunda División, más que ningún otro jugador en la historia de la categoría. Además, marcó 194 goles, siendo el segundo máximo goleador histórico.

Jugó también en Primera, en equipos como el Levante, Osasuna o Tenerife, pero su corazón siempre estuvo en Elche. Allí vivió dos ascensos, una promoción a Primera, y se convirtió en el capitán eterno, referente dentro y fuera del campo. Su longevidad (se retiró al final de la temporada 2020-2021, con casi 41 años) habla de una profesionalidad ejemplar.

Del césped al banquillo

Tras colgar las botas, Nino no tardó en encontrar su sitio en los banquillos. El Elche, consciente de lo que representaba, le ofreció incorporarse al cuerpo técnico del primer equipo, un paso natural para quien había sido líder en el vestuario durante décadas.

Poco después, su camino continuó con un nuevo reto. El 25 de noviembre de 2022, fue nombrado entrenador del Elche Ilicitano CF, el filial franjiverde. Desde entonces, ha ejercido un papel fundamental en la formación de jóvenes talentos, trasladando su experiencia, carácter y filosofía de trabajo a la cantera. Bajo su dirección, el Ilicitano ha crecido en competitividad y muchos de sus jugadores han llamado ya a las puertas del primer equipo.

Un modelo a seguir

Hoy, con el Elche jugándose el ascenso a Primera, el legado de Nino se siente más vivo que nunca. Aunque ya no viste de corto, sigue siendo un referente en el club. Su figura es símbolo de esfuerzo, constancia y fidelidad. Un modelo para los canteranos y un orgullo para los aficionados.

En una época en la que la identificación entre futbolista y afición parece diluirse, casos como el de Nino son excepcionales. No solo fue ídolo, fue hincha dentro del campo. El fútbol pasa, pero las leyendas se quedan.