Las siete vidas de Carlo Ancelotti en el Real Madrid 24-25

Una vez más, Carlo Ancelotti y el Real Madrid lo han vuelto hacer. Poco importa que la temporada no esté siendo ni fácil ni sencilla. Desde el arranque de la misma se ha estado cuestionando sistemáticamente todo lo que hacía el equipo blanco (muchas veces con argumentos de peso) y cualquier decisión de su entrenador. Lo cierto es que el técnico ha ido salvando situaciones límite a lo largo de toda la campaña, pero de esas serias, que o bien se ganaba o al día siguiente podía estar de vacaciones en Vancouver. Del Metropolitano sale con otra vida por delante para seguir disfrutando de lo que más le gusta, que es entrenar al Real Madrid. Sabe que se ha salvado una bola de partido, pero también es consciente de que dentro de poco vendrá otra y que el ruido exterior se impondrá de nuevo y que todo será llevado al límite. 

Números para enmarcar

Las dudas en muchas ocasiones son más externas que de puertas hacia dentro. No hay más que repasar aquello de los enfrentamientos directos de Ancelotti contra sus compañeros de profesión en la máxima competición continental. Repasen. Contra Guardiola, cuatro victorias en cinco duelos, pleno contra Simeone de tres de tres, mismos números que ante Klopp y Tuchel, aunque en este caso dos de dos. Números a los que añadir las 16 veces en las que sus equipos pisan los cuartos de final, dejando atrás las 14 de Guardiola y las 13 de Ferguson.

Las dos goleadas ante el Barcelona, la derrota ante el Milan y lo vivido en el Metropolitano son los momentos más duros, como también el partido de Copa ante el Celta. Tras todos ellos, el técnico ha recibido cariño por parte del club, como antes de los partidos, tocaba interpretar los mensajes externos que aparecían, pero en todas las ocasiones, el entrenador y los suyos han superado los momentos críticos.

Los dos empates ligueros ante Mallorca y Las Palmas ya empezaron a cuestionar una temporada, que alcanzó su primer punto negro con la derrota del Barcelona en el Santiago Bernabéu, ya sin Carvajal sobre el terreno de juego, un golpe tan importante como inesperado. La Supercopa de Europa ya estaba completamente olvidada y todo pintaba a un paseo azulgrana en LaLiga. Primer momento de zozobra de la temporada, algo parecido a lo vivido en la campaña anterior y que había terminado con una renovación de Ancelotti por dos temporadas más.

Las apariciones del fantasma

Como sucedió un año atrás, en cuanto aparecen dudas o malos resultados, el fantasma del cambio aparece, con Xabi Alonso como principal reclamo, justo igual que doce meses antes. En esta ocasión de las mano de los rumores del posible cese y ante el contrato en vigor del excentrocampista blanco, se habla de Solari como alternativa, más habituado en los últimos años a la corbata que a las botas de fútbol.

Como el ave fenix, el equipo pese a no convencer en su juego, logra dar la vuelta a la situación. Las dudas en la Champions League quedan en su segundo plano mientras el Real Madrid recupera el sitio en LaLiga, de la mano también de un Barcelona que empezaba a fallar y a mostrar síntomas de debilidad, pero toda cambia con el viaje, en los dos sentidos, hasta Yeda.

Nueva goleada del Barcelona, casi peor que la del Bernabéu y nada más aterrizar procedente de Arabia Saudí, partido ante el Celta a vida o muerte, salvado en la prórroga, justo cuando más sonaba aquello de la sustitución en el banquillo. Otra vida consumida.

Otro cambio de tendencia

.Después de arreglar el panorama en Copa y Champions, llega un nuevo e inesperado bajón en LaLiga entre lesiones y la ausencia de refuerzos en enero. La eliminatoria ante el City se toma como otra final más. Lo de pensar en caer en una previa ya dolía por el Bernabéu, pero apareció la mejor versión del Real Madrid en mucho tiempo, ganando los dos partidos hasta con solvencia. Prueba superada

Poco duró la tranquilidad, más que nada por la imagen del equipo en Liga, no así en Copa. El once blanco llegó al Metropolitano con todo en juego, empezando por el puesto del entrenador, tanto él como el equipo sentían la presión de lo mucho que había en juego. Más rumores y más dudas, que quedaron despejadas... hasta el sábado ante el Villarreal. Esto es el Real Madrid.