El respeto a lo que sientes, que termina volviéndose a lo que amas, te hace sentir una exigencia enorme, porque eres consciente de que lo que tienes frente a tus ojos igual algún día no volverás verlo nunca más. Algún día no volverás a ver el juego de Modric, ese que te hizo sentir una estética en la que una lógica del movimiento creaba una danza fugaz. No sé si seguirá un año más. Sé que su anhelo es llegar al Mundial y dejar en la memoria su lu
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