La hora de la difícil reconstrucción

El 31 de mayo de 2023, el Sevilla se preparaba ganar su séptima Europa League en la tanda de penaltis frente a la Roma de Mourinho en la final de Budapest con José Luis Mendilibar en el banquillo. El 14 de mayo de este 2025 estaba pendiente del Villarreal. Si le ganaba al Leganés, como así sucedió en la tarde de ayer, el equipo sellaría su continuidad en Primera división. Solo Badé, Gudelj y Suso quedan en este Sevilla de los jugadores que pisaron entonces el césped del Puskas Arena. Fue titular Jesús Navas, retirado del fútbol a finales del 2024. 

No es que aquel equipo fuera entonces la panacea a pesar de jugadores como Bono, Fernando, Rakitic, Ocampos y En-Nesyri. El veterano preparador vasco cogió a un equipo en caída libre para conseguir la permanencia y hacerle campeón tras dejar atrás al Manchester United y a la Juventus. Un final de temporada con tintes épicos que apenas tuvo continuidad. La paciencia no es una virtud del fútbol y Mendilibar fue cesado unos meses después. El baile de nombres en el banquillo es un sello del Sevilla en los últimos años. "Los entrenadores tendrán culpa, pero no son los que hacen el equipo. Cuando todos los entrenadores fallan es porque otros también fallan". Dardo cortesía del ahora entrenador del Olympiacos.

Lo deportivo y lo institucional mantiene un precario equilibrio que ha llevado al Sevilla a tensar la cuerda cada vez más. La tantas veces mencionada regeneración del club para volver a construir un equipo campeón marca la hoja de ruta, al menos de palabra, de un consejo que agotó la credibilidad y la paciencia de sus aficionados hace ya mucho tiempo. Con la permanencia ya asegurada y sin opciones de pelear por Europa, toca ponerse manos a la obra porque son muchos los frentes abiertos.

Consejo, Caparrós, Orta...

Por mucho que el aficionado de pie se desgañite y proteste en la previa, durante y después de los partidos pidiendo la salida del actual Consejo -la violencia nunca es un argumento válido-, parece impensable un cambio de escenario. La Federación de Peñas Sevillistas San Fernando ha nombrado persona 'non grata' al propio presidente del Sevilla, José María del Nido Carrasco, y a todo sus consejeros.  

De la lucha entre dos bandos también empieza a cansarse la hinchada, desencantado de ver siempre las mismas caras y escuchar los mismos discursos en un bucle sin ninguna lógica. Del Nido Benavente, principal opositor de la actual directiva, también fue increpado por algunos seguidores a la salida del estadio la pasada jornada. ¿Sería posible una 'tercera vía'?

Qué pasará con el director deportivo, Víctor Orta, o quién será el 'valiente' que ocupe el banquillo la temporada que viene son dos de las principales incógnitas. La cúpula siempre ha mostrado su apoyo al madrileño, pero comienzan a sonar nombres de posibles sustitutos. Por su parte, Caparrós atendió, como siempre, a la llamada de su club para salvar al equipo. Los 'menos malos' son los que se van quedado fuera de la quema, porque no es para tirar cohetes. Sí para dar las gracias.

Otra revolución en la plantilla

En el plano económico, el club se fijó como objetivos prioritarios del proyecto reducir la masa salarial del primer equipo y llevar a cabo un rejuvenecimiento de la plantilla que, sumado a una financiación a largo plazo, debería volver a dar beneficios en dos años. El Sevilla deberá vender efectivos este verano. Dodi Lukébakio, José Ángel Carmona o Loïc Badé son algunos de los jugadores que podrían salir para sanear la economía blanquirroja. Otros terminan contrato. El club tiene una opción de compra por Lokonga, cedido por el Arsenal. Se marchará Suso, Álvaro Fernández tiene pendiente su renovación y García Pascual ha fichado por el Cádiz aunque el jugador haya declarado que quiere seguir marcando muchos goles con el Sevilla. En el Nuevo Mirandilla aseguran que está firmado. Saúl, salvo sorpresa mayúscula, tampoco seguirá.

A todo esto hay que sumar los que vuelven tras cesión, jugadores como Rafa Mir, Kelechi Iheanacho, Jordán o Januzaj. El Sevilla ya se ha gastado lo suyo en rescisiones de contratos y a la mayoría se les buscará una salida. Comienza el baile.