"A este Sevilla le falta sevillismo"

En cuanto acabó el partido y el Sevilla FC logró de forma virtual la permanencia, el Ramón Sánchez-Pizjuán clamó al unísono por la dimisión de la directiva y la marcha más en concreto de Del Nido Junior. Los clásicos tres pitidos del árbitro no sólo habían decretado el final del partido ante la UD Las Palmas, sino también el final de la tregua que el sevillismo le había dado al club en pos de que su equipo contara con el jugador número doce cuando éste más lo necesitaba. Y lo hizo.

Ataviado de un impecable rojo y con la grada a rebosar, el sevillismo no paró ni un segundo de empujar, de animar y de alentar a pesar de que el juego de su equipo no daba demasiados motivos para ello. Ya, una vez salvado, clamó contra una gestión indefendible que tiene al club desandando los pasos que tanto trabajo le había costado dar en las décadas anteriores.

La sensación es que el Sevilla todavía no ha tocado fondo, que todavía no ha frenado la caída que se inició hace 3 años, y eso tras un año en el que te has asomado al precipicio tiene que asustar y mucho al sevillismo. Ojalá acierte con el próximo entrenador y ojalá los fichajes sumen calidad a una plantilla cada vez más barata y, por tanto, cada vez peor, pero ayer en la forma en la que el Sevilla se salvó también puede encontrar una pista de lo que tiene que volver a hacer para volver a andar los pasos desandados.

Ayer, en martes 13, que es el día en el que curiosamente “Hijos de la Ruina” siempre publica disco, el gol de la permanencia del Sevilla lo marcó uno de esos jugadores de la cantera que aparece en los momentos complicados y a los que yo ya sabéis que siempre denomino con ese nombre de hijos de la ruina. Cierto es que García Pascual no es un canterano al uso, llegó el año pasado desde Estados Unidos, pero, bueno, lo cierto es que estaba marcando goles en el Sevilla Atlético y que ayer marcó el gol más importante de la temporada en un partido en el que el mejor jugador fue Juanlu Sánchez. Y en el que también jugaron Kike Salas, José Ángel Carmona, Ramón Martínez o Leandro Antonetti.

El Sevilla tiene que volver a tirar de una cantera que ha estado desatendida durante demasiados años después de haber sido uno de los grandes pilares de su crecimiento. Lo tiene que hacer por necesidad económica, por necesidad deportiva y por necesidad espiritual. Porque a este Sevilla le faltan referentes. A este Sevilla le falta sevillismo. Y por supuesto le falta un líder.

Y como en la directiva no lo va a tener y en el mercado no lo va a poder fichar, o lo trae para que se siente en el banquillo o lo encuentra entre el sevillismo.