El fútbol, dicen, es pasión, lealtad, entrega. Pero también es exigencia, impaciencia y, a veces, contradicción. Pocos escenarios son tan emocionalmente volátiles como un estadio de fútbol. El mismo público que corea tu nombre en una noche gloriosa, puede abuchearte sin piedad cuando las cosas no salen como se esperan. Ayer, en Son Moix, esta realidad golpeó con fuerza a Pablo Maffeo, uno de los jugadores más representativos del RCD Mallorca en los últimos años.
El cruce entre Maffeo y la grada de animación
Durante el encuentro entre Mallorca y Getafe, un cántico irónico retumbó en el estadio: “Estamos de vacaciones”, coreado desde la grada de animación, L’Infern 1916. Un mensaje cargado de frustración que no pasó desapercibido para Maffeo, quien seguía el partido desde el banquillo.
Visiblemente molesto, el lateral catalán se levantó y se dirigió desde la zona técnica a los aficionados, recriminando su actitud con gestos y palabras. La respuesta fue inmediata: “Maffeo vete ya”, le devolvieron desde la grada. Lo que siguió fue una escena tensa y simbólica: Maffeo ondeando su camiseta hacia el público, en un gesto irónico que mostraba su descontento con la falta de apoyo. Una escena que, captada por las cámaras de televisión, ya ha dado la vuelta a redes sociales y ha generado un debate candente entre la afición mallorquinista.
Otros casos históricos
No es la primera vez que un jugador choca con su propia afición. La relación entre futbolista y grada, aunque simbiótica, es frágil. Cuando los resultados no acompañan, los héroes pueden convertirse en villanos de un momento a otro. Y en la historia reciente del fútbol, sobran ejemplos.
Gerard Piqué (FC Barcelona)
A pesar de ser un símbolo del club y uno de los artífices de la era dorada del Barça, Piqué vivió momentos duros en su última etapa el Camp Nou. Después de algunos errores en defensa, una parte de la afición lo abucheó con fuerza, cuestionando su compromiso y forma física.
Álvaro Morata (Atlético de Madrid y Selección Española)
Morata ha sido uno de los jugadores más criticados por su propia hinchada, tanto en clubes como con la selección. En la Euro 2020, jugada en parte en Sevilla, fue abucheado por parte del público local, algo que afectó visiblemente su rendimiento.
Gareth Bale (Real Madrid)
A pesar de ser autor de goles históricos, como la chilena en la final de Champions de 2018, Bale fue objeto de silbidos y abucheos en el Santiago Bernabéu durante años. Su carácter reservado, sus constantes lesiones y su aparente falta de conexión con el club derivaron en una relación tensa con la afición. Su famosa bandera de “Gales, golf, Madrid. En ese orden” solo echó más leña al fuego.
Neymar Jr. (Paris Saint-Germain)
A pesar de sus cifras goleadoras y su impacto en el PSG, Neymar nunca logró el cariño completo del Parque de los Príncipes. Entre rumores constantes de querer volver al Barça y actitudes polémicas, muchos aficionados le dedicaron cánticos ofensivos y lo abuchearon con regularidad. La relación fue tirante hasta su marcha.
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