Nunca un penalti en contra cambió tanto el devenir de un club. La derrota del Levante ante el Deportivo Alavés en la final de 'playoff' de a censo a Primera División supone un antes y un después la salud del conjunto de Orriols.
Tras dos ejercicios económicos sumando en negativo, la entidad granota vive uno de los peores momentos de toda su historia a nivel monetario. Una deuda que roza los 50 millones de euros, una Ciudad Deportiva que se encuentra a punto de iniciar sus obras y el préstamo con el CVC colocan a los valencianos en una deriva sin precedentes.
Esta situación que apunta a un nombre propio. Quico Catalán. Señalado en diferentes ocasiones durante la temporada por la parroquia azulgrana, el presidente vive su momento más difícil desde que está en el cargo.
Se piensa su futuro
Ante esta situación, Catalán deberá tomar una decisión cuanto antes sobre su futuro. Por ello, el máximo mandatario de la entidad deberá exponer sus pasos ante el Patronato de la Fundación el próximo 28 de junio.
Un organismo que suspendió la gestión del club y su cúpula, tras el descenso en la temporada 2021-2022, pero que con el voto unánime continuó su cargo con vigencia hasta el próximo mes de diciembre.
El máximo mandatario aterrizó en el palco del Ciutat en el año 2010 consiguiendo el ascenso a Primera división de la mano de Luis García Plaza, que destinos del fútbol, puede ser el técnico que le quite el mandato.
Otra de las figuras que quedan suspendidas en el aire son las del director deportivo, Felipe Miñambres, y la del entrenador, Javi Calleja, ambos con contrato en vigor hasta la próxima temporada.
