Jonathan tropezó en la forma, es cierto. Podría haber bordado sus palabras con más tino, hilvanando mejor su argumento. Pero en el fondo, Viera destila verdad. La afición y la prensa claman por la cantera con fervor, pero cuando los jóvenes pisan el césped del primer equipo, el cariño muta. Se vuelven extraños en su propia casa, como un coche que, al salir del concesionario, pierde valor. Esa relación esquiva entre la grada y el canterano es la que Jonathan señala con el dedo. Porque, aunque los días dorados de la UD Las Palmas siempre llevaron el sello de la cantera, cada verano desembarcan 15 forasteros que frenan el vuelo de los chicos de la isla.
Queremos cantera, sí, pero de boquilla. Sin siquiera haber controlado bien un balón, la afición se encariñó de McBurnie. ¿Por qué? Porque se achicharró jugando al golf, soltó un “chacho” con acento forzado y colgó en Instagram una foto con papas y mojo. Así de 'simplones' somos. Idolatramos al que viene de fuera, aunque haya tardado ocho meses en marcar un gol. Algunos hasta piden que se quede otro año, alabando su lucha, como si el pundonor fuese suficiente para brillar en el fútbol profesional. Y no es solo McBurnie. La grada coreó “Wakaso balón de oro”, se enamoró de la sonrisa de Chrisantus, del fugaz Livaja... Jugadores que, sin hacer nada, recibieron un calor que los de casa rara vez sienten.
La verdad duele: Las Palmas no ha tenido laterales mucho mejores que David Simón o Dani Castellano. McKenna no le amarra una bota a Coco. ¿Y mediocentros? Roque Mesa, Javi Castellano. ¿Talento? Momo, Carmelo, Jorge Larena, Nauzet Alemán, Francis, Sergio, David Glez, Tana... Nombres de la casa, tratados con menos paciencia que fichajes fugaces como Pelmard, Sinkgraven, Munir, Kaptoun, Iemmello, Andone, Loren, Sadiku, Hernani, Drolé, Cristian López, Danny Blum, Srnić, Sacko... Una procesión de nombres que no igualaron lo que ya germinaba en la isla. Errores que, temporada tras temporada, se repiten como un eco.
Cada verano, la misma pregunta me persigue: ¿De verdad no hay un chico en la cantera mejor que Pelmard? ¿Es siempre necesario un entrenador de fuera? Cuando el dinero escasea, cantera. Cuando el viento sopla en contra, cantera. La cantera...siempre el último refugio.
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