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San José empieza a poner su sello

Los cambios que introdujo el míster donostiarra en su debut como técnico del Eibar

Beñat San José, pensativo en su debut como míster armero ante el Racing.
Beñat San José, pensativo en su debut como míster armero ante el Racing.LALIGA
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Beñat San José se presentó el sábado ante Ipurua con un empate ante el Racing de Santander. En un partido no se pueden extraer demasiadas conclusiones, pero se pudo ver algunos detalles de lo que quiere que sea ‘su’ Eibar. 

Fútbol directo, verticalidad tras cada robo, dando mucho protagonismo a las bandas a la hora de progresar en ataque y tratando de ser agresivos a la hora de presionar la salida de balón del rival.

Atacar por fuera

Con Etxeberria la amplitud en ataque se la daban los laterales, pero con San José esa tarea será de los extremos, que van a tener un papel fundamental, porque el Eibar atacó menos por dentro de lo que venía haciéndolo y casi todo el peligro lo generó por los costados. Apostó por una pareja de extremos inédita hasta ahora. 

A Merquelanz se le notó la falta de ritmo, pero Corpas estuvo a un nivel superlativo, dando dos asistencias y siendo clave en casi todas las acciones de peligro del equipo armero. El ‘17’ no fue el único jugador que posiblemente firmó sus mejores minutos de la temporada. Bautista, con un doblete, y Cubero, también estuvieron de sobresaliente.

Un lateral como tercer central, el otro por dentro

Con los extremos dando amplitud, el rol de los laterales también fue llamativo. Cubero ejercía de tercer central con balón, mientras que con Arrillaga fue más agresivo, situándole con Sergio en el doble pivote o en zonas casi de mediapunta cuando era Peru el que acompañaba al asturiano en el centro del campo. Lo que quería no era otra cosa que dejar las bandas libres para los extremos y para ello era clave fijar por dentro.

Desplazamientos largos para iniciar el juego

Como era de esperar, el Racing iba a campo rival a presionar y San José tenía claro que no era el día de tomar más riesgos de los necesarios con pases cortos en el inicio de juego. Fue directo de salida y le funcionó. Apostó por una estructura de cinco hombres (los tres centrales y el doble pivote), pero el objetivo era buscar los desplazamientos largos para Bautista o Peru. Se instalaba en campo rival tras ganar esa segunda jugada y era entonces cuando buscaba ser vertical atacando por fuera.

Cinco para presionar en campo rival

El plan era ir a robar a campo contrario con Nolaskoain junto a los cuatro atacantes. De hecho, su puesta en escena fue de nota porque recuperó bastantes balones altos (después le costó más hacerlo y ahí tiene margen de mejora). Cuanto más lejos defendió de su portería, más cómodo estuvo. 

Los peores momentos del partido llegaron en la fase en la que más tiempo se vio obligado a defender con las líneas más retrasadas. Entre que Vicente y Róber generaban dudas con sus apariciones por el sector derecho y los jugadores más cercanos no eran del todo agresivos para saltar al poseedor del balón, el equipo sufrió más de la cuenta. En el segundo tiempo defendió más lejos de la portería y las sensaciones fueron otras.

Robar y siempre hacia delante

Cada robo estaba acompañado de un pase hacia delante. A veces era largo en busca de la cabeza de Bautista y otras veces era al espacio. La cuestión era ser directos y obligar al Racing a correr hacia atrás. Elaboró menos, le dio más ritmo a sus ataques y fue capaz de generar situaciones de gol bastante claras. 

No fue un mal día en lo que a efectividad se refiere, aunque posiblemente le faltó cerrar el partido en ese arreón que tuvo en el segundo tiempo en el que Ezkieta se hizo gigante para mantener con vida a su equipo. 

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