Si los golpes de efecto que ha dado en el mercado ya han disparado las expectativas, el primer gran ensayo general, ante toda una Juventus, no contiene ni mucho menos esa ilusión que se ha generado con los fichajes: el nuevo Atlético va para arriba... y eso que aún no está la Araña al frente de todos.
Empezando por los nuevos, Le Normand directamente demostró que se trata de un muro de cemento armado. Lo percibieron todos los que tuvieron la mala suerte de chocar en algún duelo con él y lo comprobó Vlahovic cuando se disponía a rematar en el área y apareció su pierna para trabarle el balón y permitir a Moldovan llegar al descanso sin una oportunidad para despejar las dudas que había despertado durante esta pretemporada de su debut.
En el otro área, Sorloth apenas podría peinar uno de los grandes envíos de Koke, pero no hay que pasar por alto que prácticamente en todas las acciones en las que buscó el remate, tenía a algún central colgado al cuello o tirándole de la camiseta. Y ni así se cae, es otra bestia, impagable para hacer de referencia arriba, lo que abre un horizonte hasta ahora inexplorado en el Atlético.
Más allá del nuevo registro que ofrece el noruego, el Atlético del futuro, plantado en el 5-4-1 que se vuelve 4-3-3 en ataque, deja otra señal de lo que será ahora que se ha visto rejuvenecido y ha ganado piernas (y aún faltan las de Gallagher): a la que puede, va a por el rival, presiona arriba y provoca pérdidas en las inmediaciones de su portería que se antojan un caramelo cuando merodee por ahí Julián Álvarez, un especialista en castigar las dudas de los porteros en la salida del balón.
Tras una de esas recuperaciones surgió una clara ocasión de Lino después de que Llorente y el propio Antoine ya se hubieran topado con Di Gregorio como consecuencia de algunas de las cosas que no cambian: los pases milimétricos de Koke y De Paul, deseoso éste de conectar con Griezmann por delante,
También siguen igual Witsel en su papel de yerno perfecto; Riquelme, de correcaminos; Lino, de alborotador o Correa de colaborador necesario para los goles de Joao. Así, si en Getafe le despejó el camino de espuela, en Gotemburgo le asistió dejando pasar entre sus piernas el pase atrás del brasileño.
El Menino eleva su caché
Tan bien pintan las cosas para el Atlético que hasta Joao sale reforzado. Tres minutos de la segunda parte (con la llegada de pesos pesados ya es suplente) necesitó para marcar, mostrarse en el escaparate europeo y seguir esperando a que un club se decida a poner fin a su aventura rojiblanca.
Correa, pillo durante su presencia, redondearía la gran puesta de largo del Atlético, que sacaría a relucir otra de las armas de las que dispondrá: el hambre de Giuliano, el gen Simeone que le hizo pelear cada balón como si fuera el último de su vida y forzar un penalti con el que quedó finiquitada la prueba. Dinamita para que, a donde no alcance la calidad (que hay mucha), lleguen las piernas, el corazón y el alma.
FICHA TÉCNICA
ATLÉTICO 2: Moldovan; Llorente, Le Normand, Witsel, Azpilicueta, Riquelme; Griezmann, De Paul, Koke, Lino TA 43'; y Sorloth. También jugaron: Reinildo, Javi Serrano TA 67', Joao Félix, Correa, Kostis, Giuliano y Taufik
Entrenador: Simeone
JUVENTUS 0: Di Gregorio; Locatelli, Gatti, Bremer, Cabal;, Thuram, Douglas Luiz, Cambiaso; Weah, Vlahovic y Yildiz. También jugaron: Danilo, Fagioli
Entrenador: Motta
Goles: 1-0 48' Joao Félix, 2-0 85' Correa, de penalti
Árbitro: Mohammed Al-Hakim (suecoiraquí)
Estadio: Ullevi, 13.967 espectadores
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