FUTBOL
Atlético de Madrid

Giuliano, un año volando

Ha pasado en 377 días de zarandear al Atlético en Mendizorroza a ser su puñal por su banda derecha, donde ha llegado a alcanzar los 35,4 km/h

ENDIKA PORTILLO
ENDIKA PORTILLO
Actualizado

Hace prácticamente un año, 377 días para ser más exactos, Giuliano despejaría la incógnita de saber si aún estaba a tiempo de subirse al tren del fútbol de élite después de que en los cinco meses anteriores trabajara noche y día por superar la factura del ligamento exterior que le había producido una desmedida entrada de Matos en un amistoso de verano. Fue el día que el Alavés tomó conciencia de todo lo que se había perdido con aquella lesión. También el partido que evidenció que con el ADN Simeone no existen barreras y se puede llegar hasta donde uno se proponga. Incluido al Atlético, al que en aquella ocasión zarandeó, y llegó a poner en evidencia, en cada arrancada. Desde entonces sigue corriendo. Tanto, que vuela.

No se puede explicar de otra manera que en todo este periodo Giuliano haya pasado de intentar demostrar que podía ser un jugador de Primera (su cesión un año antes en Zaragoza evidenció que su capacidad al menos le daba para ser un buen delantero en Segunda) a derribar la puerta de la titularidad (hoy alcanza la trigésima aparición consecutiva, incluidas todas las jornadas de LaLiga desde la 15), del Atlético.

Y todo con la losa del apellido a cuestas, pues lejos de suponerle un trato de favor, retrasaría su momento hasta que la evidencia habló por sí sola y sus goles, asistencias, coraje y corazón demostraron que no había podido ser más acertada la decisión del verano de reservarle un hueco en la plantilla.

Entre medias, Giuliano también dejaría claro en Argentina que se trataba de mucho más que el pequeño de la saga Simeone. Primero, recogiendo la recompensa de la incidencia que tuvieron sus cuatro meses (un gol y dos asistencias en apenas 716 minutos) en el Alavés con una convocatoria para los Juegos Olímpico de París. Allí, mientras seguía la estela de su padre en la selección, tendría tiempo para hacerse un nombre propio en el país, hacer migas con Julián Alvarez y martillearle con la posibilidad de jugar en el Atlético y de llamar a la puerta de la absoluta. Por eso no tardaría en llegar el debut y el correspondiente primer gol (golazo más bien) con la Albiceleste.

De deseado a temido

Con esa trazas (además de los cinco tantos y ocho asistencias servidas desde una banda derecha de la que se ha hecho el auténtico dueño) regresa Giuliano a Mendizorroza nueves meses después de que el Alavés solicitara y soñara con volver a disfrutar de un segundo año de cesión.

Sin embargo, habría sido un lujo imperdonable que el Atlético no hubiera atendido a que con su meteórica progresión (escenificada sobre el verde con los 35,4 kilómetros por hora que ha llegado a alcanzar en alguna galopada) su sitio no podía ser otro que el equipo que vive y siente con la misma pasión que su padre. 

Atlético Alavés-Atlético: Evasión o Vitoria
Atlético Simeone bromea por Baena: "¡Me tomas de tonto! ¿Qué te digo">

Comentarios

Danos tu opinión